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Para la comunidad, el debate de las tres candidatas a la gubernatura de Morelos fue una merienda de negros que provocó desinterés en las boletas de votación, contrario al propósito primigenio de mantener y ganar adeptos, que ninguna logró.
Los peores usos y costumbres del concurso electoral obligan a proclamarse ganador, aunque el candidato no lo haya sido. Decirse triunfador de un debate se le parece al divertido juego de las sillas. Discursar en el ágora, en medio música, cohetes y porras, es parte de la posverdad que se aplica para hacer creer al mercado que es la verdad, mintiendo.
Los medios de comunicación juegan un rol importante en la jerarquización de material informativo, importante porque las más de las veces es una gran mentira, como las de las encuestas que cantan al ganador del debate, previo pago por adelantado, en efectivo y sin factura.
Ese debate fue un toque de tambores de guerra, porque la candidata opositora ordenó la publicación de una nota falaz contra la candidata puntera. La que va en tercer lugar critica a las otras dos, sin salvar a su partido de la pérdida del registro. El árbitro electoral debía estar atento a todo ello, pero las redes sociales no están reguladas y por tal, no son punitivas. Las reglas de competencia es un manual de inmoralidades.
Debate y posverdad trajeron no sólo decepción y desinterés. Si hoy fueran las votaciones, el abstencionismo ganaría la elección y el partido beneficiado sería MORENA, que tiene amarrado al segmento de 60 a 65 años o más, como ocurría en los tiempos de la aplanadora priísta. Antes del debate, donde las propuestas fueron desplazadas por los ataques, las ganas de votar se mantenían por debajo del 50 por ciento en general, es decir, cinco puntos menos que hoy.
Revertir el abstencionismo de 65 por ciento ahora —debe titánicamente bajar a 45 los próximos 30 días—, provocado por una deficiente planeación en las estrategias de los tres equipos de campaña —ninguno se salva—, obliga a dar giro de forma. Quien gana las redes sociales, se ha dicho n veces, gana las votaciones. Echarse una asomada al caso de el Bronco Rodríguez en Nuevo León y Delfina en el estado de México, que ganaron feisbuc 2-1, sería tanto como un curso propedéutico para estudiar magia.
Menos tres días al 2 de junio, las tres candidatas tienen sólo 33 días para empedrar el camino y convencer a las polis —sobre todo a los ciudadanos de 18 a 39 años— con inteligencia, por ahora ausente. Lo que tuvieron que hacer primero, aquí se les dijo, era ver el debate anterior, porque luego vino una votación de pobre a muy pobre, donde el ganador —un hombre popular, producto de la televisión, aunque iletrado— llegó al poder en 2018 con una legitimidad de 10.74 por ciento, como candidato del PES.
letraschiquitas
No porque haya sido en el Senado —equiparable a un mercado o un burdel—, sino porque ahí no se rigen los usos y costumbres, la muerte cruel de una gallina y a la vista de todos, debe llevar a prisión al senador Adolfo Gómez Hernández***. La candidata a diputada local y actual regidora de Cuernavaca, Patricia Lucía Torres, invitó por igual a mujeres como hombres, a que «lleven a sus amantes» a votar… ¡el dos de julio!***. Para no quedarse atrás, MORENA estrenó su cartel inmobiliario, con Rocío Nahle por delante, seguida de Claudia Sheinbaum, candidatas a gobernadora de Veracruz y a la presidencia de la República, que se hicieron de unas casitas***. Porque libertaron al padre agresor sexual de su hija de cinco años, la madre de ésta, Giovanna Plata, solicitó al Senado de la República la destitución de los jueces Leticia Damián y Carlos Isaac Jiménez, que deben ser destituidos del cargo e investigados.