Día Hábil
‘El Estado soy yo’.
Así piensa Andrés Manuel López Obrador.
Una vez más, incongruente, ha hecho a un lado a los empresarios.
Al presentar el plan de rescate de Acapulco tras el paso del huracán Otis, el ocupante de Palacio Nacional no tomó en cuenta a quienes siempre han estado del lado de México.
Como sucedió en la epidemia de Covid-19.
Pero no, no quiere reflectores para nadie más que para él.
Porque su prioridad no es ayudar, sino mantener sus índices de popularidad y porque tiene la mira puesta en las elecciones presidenciales de 2024 y el voto de castigo no sólo de los guerrerenses por su lentitud y negligencia para actuar es latente.
Por eso el anuncio de que se doblará el número de becas, que se otorgarán créditos a la palabra de 25 mil pesos, que se entregará un paquete de enseres domésticos, que se darán 8 mil pesos para pintura por casa, que no se cobrarán la energía eléctrica de noviembre a febrero de 2024, ni los impuestos y que habrá un apoyo de entre 35 y 60 mil pesos para la reconstrucción de viviendas.
A López Obrador le urge que se olvide, que se sepulte en la arena la tragedia de Acapulco, porque sabe, reitero, que le cobrarán en las urnas los errores y la negligencia, porque su gobierno no avisó, no alertó, aunque sus porristas a sueldo en redes sociales, en impresos y en diversos medios digan lo contrario.
El Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami, Florida, advirtió un día antes de la peligrosidad de Otis y de que alcanzaría categoría 5 la noche del martes 24 y madrugada del miércoles 25 de octubre.
Y durante todo el día -miércoles- lo reiteró.
Andrés Manuel se limitó a un tuit o un equis, como si la mayoría de la población en Acapulco, en Coyuca y en el resto de Guerrero tuviesen acceso permanente a las redes sociales vía internet.
Y la gobernadora impuesta, Evelyn Salgado, que con sus mensajes igualmente lastimosos en la página de facebook de Guerrero sólo muestra su ignorancia e incapacidad.
Acapulco seguramente tendrá un gran avance en la recuperación en diciembre, para Navidad, como ha dicho López Obrador, pero será gracias a la población, a su gente, al pueblo bueno y al trabajo y capital de los empresarios, no sólo a los 61 mil millones de pesos -3 mil millones de dólares- que se usarán del erario.
No, Andrés Manuel, el Estado no eres tú.
ZEDILLO PIDE UN PRESIDENTE QUE NO MIENTA NI DIVIDA
Un presidente que no mienta, que no divida, que no explote la pobreza de la sociedad y que no culpe a los demás de sus errores.
Ernesto Zedillo Ponce de León pareciera describir a todos los presidentes no sólo de México sino de todo el mundo, pero no, se refiere a López Obrador, al mentiroso de Palacio Nacional que ha hecho de eso, mentir, una forma de vida porque sus leales le creen.
Por conveniencia, por una beca, por una pensión, convicción o por ignorancia.
-Es muy fácil culpar a otros, a los extranjeros, de los errores propios y eso no quiero para México, dijo en su participación en el Foro Global sobre Problemas de Disparidad en América Latina, Palestina e Irán, organizado por el Instituto Pearson, de la Universidad de Chicago.
– Me gustaría ver un presidente que no sea elegido mintiendo a la gente, un presidente que no gobierne mintiendo a la gente, culpando a otros por sus propios errores. Un México en donde el presidente no explote las necesidades de la gente, por medio de un discurso demagógico.
“Prometiendo cosas que no serán entregadas, efectivamente; que tampoco divida a nuestras sociedades, prometiendo las reformas que nuestro país y los países necesitan en América Latina”, añadió.
Zedillo Ponce de León se pronunció por un presidente que asuma toda la responsabilidad de sus acciones.
Y aunque el presidente con los colores del PRI de 1994 a 2000, reemplazo de Luis Donaldo Colosio tras ser asesinado, es recordado por dejar un crecimiento económico del PIB de 7 por ciento al concluir su sexenio, también lo es porque devaluó el peso al inicio de su gobierno y porque se aprobó la absorción de la deuda de los banqueros en el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).
Y acaso el mayor escándalo fue no sólo encarcelar a Raúl Salinas de Gortari, hermano incómodo de Carlos Salinas de Gortari, sino privatizar los ferrocarriles y, luego, contratarse con Union Pacific.
Su gobierno, pese a todo, ha sido el que mayor crecimiento promedio anual ha conseguido en los últimos diez sexenios, sólo debajo del de Carlos Salinas, con 3.26 por ciento y 4.07 por ciento respectivamente.
Vámonos: Omar García Harfuch es el único candidato de Morena en la actualidad que tiene posibilidad de triunfo en la CDMX, por la división entre duros y moderados, y una eventual reconciliación con las clases medias, tan agraviadas por López Obrador.
Ya se verá en unos días, cuando se anuncie si es él o Clara Brugada.
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