ACTA PÚBLICA
Claudia Rodríguez
El presidente Andrés Manuel López Obrador, no sólo ha dejado de lado su compromiso ante los gobernados de ser y actuar como el demócrata que prometió en su actuar en su tan anhelado sexenio ante el Poder Ejecutivo Federal, sino que en contrario, se ha ido forjando en lo absoluto de sus deseos y acciones particulares de venganza, abusando de los poderes plenipotenciarios que le otorga la Carta Magna.
Que hoy López Obrador insista en desaparecer todos y cada uno de los órganos autónomos del país, sobre todo de manera prioritaria, todos aquellos que abiertamente han tenido que ver con sus tropiezos pasados y futuros, la verdad, no es ninguna novedad, ya lo ha hecho no sólo en deseo, sino en acción con otros organismos que le suenan a guarida de sus adversarios y con los que otros enarbolaron sus políticas públicas.
Andrés Manuel, el presidente de México –pesar de muchos y gozo de otros-, ha puesto sobre la mesa de manera clarísima, que mientras los legisladores de Morena tengan las mayorías en el Senado y la Cámara de Diputados, estos serán el vehículo tal varita mágica en su poder, para incluso, trastocar la Constitución diseñando trajes a la medida.
Los más burlados, olvidados y afectados de este Gobierno de publicidad prometedora a lo largo de 18 años con un marketing de base populista; resultamos ser los propios votantes: clase media hoy más empobrecida y millones de pobres que hoy ya viven la condición extrema. A López Obrador poco le importa hoy, lo que antes tomaba como banderas en pro de sus posibles gobernados. Si combustibles, víveres, vivienda y más se encarecen, nada tienen que ver con sus acciones de Gobierno, como antes adosaba a priistas y panistas, sí: los conservadores.
El poder absoluto de un mandatario que con engaños y argucias llegó al Poder –el cual disfruta como verdadero niño con juguete anhelado–, está garantizado con todo el dominio y recursos que veladamente a entregado a las fuerzas armadas de este país. Hoy no sólo son los guardianes de seguridad nacional; también son quienes reciben el pastel en grandes proyectos de ingeniería, construcción, energéticos, telecomunicaciones y ciberseguridad que, entre otros, son los sectores estratégicos no sólo para gobernar, también lo son para controlar.
Ya pocos dudan de las aspiraciones transexenales de López Obrador en su persona o en un delfín político; abusando y vilipendiando el poder ciudadano. Uno más de entre la porquería a la que poco le importa la vida y destino de millones de mexicanos.
Me dueles México. Lo siento hijos.
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