ENTRESEMANA
“Te falta mi sabor
mi piel sin condición
mi alcoba que no entiende
de cadenas…” Roberto Cantoral
MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
¿Acarreados? ¿De cuál fumó, compadre? Pura simpatía y voluntad propia para vitorear a la Princesa Caramelo.
Sea por Dios y de vergüenza no se mueren, así que, ya le estamos dimos dando: cajita infeliz, papas fritas, tortas y chescos y promesa de por medio; ya sabe usted, para la vivienda o el terrenito, el crédito y material de construcción de a grapa, fueron pura felicidad para la inmensa mayoría de dizque 600 mil almas que rebosaron al Zócalo y calles vecinas.
“Sábado Distrito Federal, sábado Distrito Federal… ¡ay!, ¡ay! ¡ayay!”, cantaba Chava Flores y sí, ahí la raza de bronce, colonos y vecinos lo mismo de las goteras de la Ciudad de México que de Sonora o del Estado de México y Chiapas, Puebla y Veracruz, Morelos o Guerrero, que no sabían por qué, pero caminaban destanteados rumbo al mitin.
Maestros en status de privilegio decembrino, sindicalizados de la CROC y eso que llaman CATEM, petroleros y ferrocarrileros cuyos líderes tienen harta experiencia en el chaqueteo que no es ni traición ni deslealtad porque ya se sabe de qué están hechos. Echados a los brazos de los nuevos dueños del poder; la dueña.
Sí, señoras y señores y fachos de la ultraderecha, calificados así por quienes confesaban ser priistas y, para ascender o cuidar la chamba, presumían cercanía con Carlos y Ernesto, Felipe y Vicente, Ernesto y Manlio, o mínimo burócratas de medio pelo que se beneficiaron de aquellos días de vino y rosas y hoy se dicen de izquierda. ¡Sopas!
¿Y el bloque negro? No aparecieron, casualmente, los madreadores y madreadoras de pico y soplete, piedras y varillas que dizque la ingeniera Claudia Sheinbaum, desde que se ganaba la chuleta como jefa de Gobierno de la capital del país, pidió los y las investigaran.
¡Pura saliva!, puro rollo para asumirse sorprendida. ¿Por qué no le pregunta al licenciado Martí Batres? Seguro encontrará pistas; no es nada difícil saber quién coordina y paga a estos sedicentes anarcos de quienes ninguno está detenido. Pura e insultante impunidad.
Pero, pero…
¡Venga la fiesta por los “Siete años de transformación” !, en el meritito Zócalo de la Ciudad de México que dice, la licenciada presidenta, los jóvenes de la Generación Z no llenaron el 15N porque, según sus cuentas, fueron más los adultos! Chavorucos, calificó.
Y ahí la tuvo usted el sábado 6 de diciembre, plena, sonriente, satisfecha, feliz porque le fue bien con Donald Trump. Y presumiría que el combate al crimen organizado va viento en popa, aunque a esa hora de su mensaje, a las 11:40 de la mañana en Coahuayana, en la costa michoacana, se consumaba un acto terrorista mediante la explosión de un autobomba frente a la base de la sede de la Policía Comunitaria.
¡Ah!, la Princesa Caramelo en su festejo con el dizque tigre adiestrado por los jóvenes morenistas que sólo de referencia y consecuencia de mil descalificaciones saben de los tiempos del PRI y del PAN. Pero…
“Compañeras y compañeros gobernadores, gracias por su presencia. A todo el Gabinete. A todas y todos, que tienen repleto este hermoso Zócalo y todas las calles aledañas”, arrancó su mensaje-informe monólogo color de rosa la ingeniera Sheinbaum Pardo.
Y el respetable, ¡faltaba más!, le dedicó estruendosos aplausos, gritos y hasta pujiditos de esta comunidad hipnotizada de la 4T segundo piso ascensor.
Y como sin querer queriendo le dio un raspón a los chavales de la Generación Z, cuando saludó “con alegría a las y los jóvenes que decidieron marchar y juntarnos este día en esta plaza.
“Que nadie se equivoque, que se oiga bien, fuerte y lejos: ¡Las y los jóvenes están en su gran mayoría con la Transformación de la Vida Pública de México!”
¿Qué le parece? Y ni quien le refutara, vaya hasta sin rubor alguno saludó “a mexicanas y mexicanos que vienen desde todos los estados de la República y de la Ciudad de México. Me informan que somos más de 600 mil personas que nos hemos congregado el día de hoy”. ¿Puro voluntario?
¡Viva el acarreo, chingao! Para eso está el presupuesto y hasta copeteado con deuda por más casi dos billones de pesos, para este año. ¡Ajúa!
Y ahí la tiene usted con los brazos en alto, entregada al griterío que pareciera dedicarla un vals. “¡No estás sola! ¡No estás sola! ¡No estás sola!” Entrecierra los ojos y la sonrisa Colgate brilla exultante.
Aunque, asoma la obligada mención, el reconocimiento al jefe de jefes, el Duce que hace dos sábados tiró línea desde La Chingada. Lea usted y, porfis, no se ría:
“Nos reunimos para celebrar siete años del inicio de una nueva era en nuestro querido México:
“En 2018, el pueblo tomó una decisión sabia y valiente: iniciar una nueva etapa, la del renacimiento de México, con Andrés Manuel López Obrador al frente”.
Pero luego entró de pleno a la negación de la realidad y, discúlpela usted porque quizá el discurso se lo redactó el poeta Jesús Ramírez, comparó a la separación, en 1857, de la Iglesia del Estado, con la supuesta separación, en 2019, del poder económico con el poder político.
“Pasamos de un país gobernado por una oligarquía, donde los presidentes y las instituciones públicas servían a unos cuantos que se creían “dueños de México”, a una verdadera democracia, donde el gobierno trabaja para todas y todos, pero especialmente para quien más lo necesita”, recitó la ingeniera presidenta.
Y hubo sonrisas y risitas socarronas entre los invitados especiales y los empresarios que, el jueves de la semana pasada se reunieron con ella, en Palacio Nacional. Diez oligarcas con la nueva oligarca dueña de un presupuesto superior a los 10 billones de pesos, es decir, ella, la Princesa Caramelo.
Bueno, bueno, como marca su librito de recomendaciones, debió volver al pasado, culpar a los de antes por lo que en 7 años no han podido solucionar los aprendices de brujo.
“Que se escuche bien: ¡Llegamos al gobierno para dar continuidad y profundizar la Cuarta Transformación de la Vida Pública de México!”, dijo, pero…
“Hoy está más claro que nunca que la corrupción y los privilegios del neoliberalismo dañaron profundamente a nuestra patria y a nuestro pueblo (…) Este cambio profundo, histórico y necesario también ha generado resistencias. Hay quienes aún no han entendido que México ya cambió”, O sea.
Seguidamente la elemental victimización. ¡Ya chole”, dice el Santo Niños Andrés Manuel López Obrador, pero la ingeniera presidenta obvió el freno y acusó:
“En estos días se ha demostrado que, por más campañas sucias que paguen en las redes sociales, por más compra de bots y robots, por más alianzas con grupos de interés en México y en el extranjero, por más consultores de comunicación que contraten para inventar calumnias y mentiras difundidas en algunos medios, por más intentos de hacer creer al mundo que México no es un país libre y democrático, por más comentócratas o supuestos expertos que inventen historias de ficción, por más alianzas que quieran tejer con el conservadurismo nacional y extranjero, por más que hagan todo eso: ¡No vencerán al pueblo de México, ni a su Presidenta!”
Y la Súper Princesa Caramelo, entre nubes de algodón presumió el programa Salud Casa por Casa para todas y todos los adultos mayores, que se acompaña con medicamentos gratuitos en las Farmacias del Bienestar. Nuevamente le pido, le ruego, no se ría. Bueno, aseguró que, “en la atención a la salud, estamos mejorando todos los días”. Ríase si se le pega la gana. ¡Total!
Fue un mensaje de chile, de dulce y de manteca. ¡Ah!, pero eso sí, aseguró a sus simpatizantes, amigas y amigos “estamos juntos porque no robamos, no mentimos y nunca traicionamos al pueblo”. No pos sí.
Y le aplaudieron a rabiar. Drakko, no te vi entre los invitados especiales. Digo.
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