Yo Campesino / Pobreza o…
- Demagógico llamar a la austeridad a quienes con su “esfuerzo” hacen fortuna
Miguel A. Rocha Valencia
Resulta superlativamente paradójico que la gente trabajadora deba ocultar el producto de su esfuerzo, vista con harapos o malcoma en una falsa pose de austeridad “republicana” que ni el mismo prócer, autor de la premisa puso en práctica cuando “hubo de dónde”.
Y no me refiero al profeta cuatrotero que vive hoy rodeado de las comodidades, atención médica y seguridad que regateó a sus “rivales” pero de las que se despacha generosamente él y su familia a costa del erario público, haciendo bueno aquello de hágase justicia, en este caso austeridad en los bueyes de mi compadre.
Porque si no, para qué estudiar, trabajar y esforzarse si no es para vivir mejor, contar con comodidades, vestimentas, comida, atenciones y servicios de acuerdo a lo estudiado, trabajado, a las capacidades y hasta trapacerías, complicidades y atracos, si no se va a disfrutar de lo bien o mal ganado.
Por eso desde que el santón cuatrotero asumió el poder y salió con su verborrea demagógica de la “austeridad republicana” intentando la engañifa del prócer oaxaqueño o la pobreza franciscana del santo que hablaba con los animales, mismas con las que pretendía decir que debíamos emular esa supuesta frugalidad, supimos que era una simple estrategia política, el uso del término para burlar a los tontos que le creyeran.
Con el paso de los días, el mismo mesías tropical confesó el uso de los pobres como estrategia política y con cinismo espetó que sus discursos y propuestas eran “lo que el pueblo quería escuchar” y que, del prometer a cumplir, había una gran diferencia. A sus seguidores “agradecidos” por la lana regalada del presupuesto, no les importó ser esa carne de cañón.
Pero hoy cuando se sabe cómo vive el señor de los 200 pesos en la cartera, hablar e insistir en el discurso de austeridad republicana, resulta doblemente demagógico porque como bien día changoleón, no tienen por qué presumir de pobres o esconder lo que ganan con tanto esfuerzo, sumisión y humillaciones y claro con alguno que otro negocito, concesión o contratito que les cae, incluyendo gestorías y abuso del poder.
Todo mundo sabe que por ejemplo la familia Monreal incluyendo los vástagos, son millonarios, pue para qué ocultarlo y si es bien habido con mayor razón, como lo hace Adán López quien cumple con la premisa de que al primer billetazo, cambió de mujer y al segundo, se rejuveneció. No se puede ocultar la felicidad que irradian los billetes, insisto, bien o mal habidos.
Otros que pregonan esos “principios” demuestran lo contrario con las ropas con que llenan sus clósets, sus zapatos, automóviles o viajes; ni modo que sólo atesoren y no disfruten. Un salario de 80 mil pesos si alcanza para echarse al cabo de dos años un viajecito en tour por varios países de Europa y si a eso agregan algún negocito pues ya tienen para ir por lo menos al Puente del Beso o a Swarovsky a comprar algún souvenir o por lo menos comerse una torta de Javalí o tomar nievecita en algún acantilado.
Incluso hay cochecitos que se pueden adquirir a pagos, lo mismo que departamentos o casas.
El punto es que para quien proclama eso de la austeridad como bandera política debería cambiarlo por discreción, no caer en la ofensiva ostentación de quienes nunca tuvieron ya ahora hasta las redes sociales utilizan para presumir que ¡Ya no son pobres! Y que el generoso sistema les retribuye con generosidad su chaqueteo y su obediencia hasta la ignominia, humillación e indignidad.
Total, para eso se alquilaron y no les va mal, como tampoco a quienes desde su esfuerzo personal o familiar logran escalar peldaños en la movilidad social; algunos incluso que llegamos del lumpen y hoy somos aspiracionistas del segmento clasemediero.
Así que eso de la austeridad es puro cuento, especialmente entre los destacados cuadros de la nomenklatura cuatrotera; en todo caso que hablen de ….discreción, pues pobres no son, aunque con el discurso pretendan engañar y contradigan con una imagen que de entrada ya les cuesta miles de pesos diarios hasta por modificar el modito de andar como aquel cuate de Torres Mochas que soñó con ser presidente.
Saludos a los cuais de la Guerrero.