ESCUCHE PRESIDENTE
Por Guillermo C. Zetina
Las señales que ha enviado Amlo son muy claras: va sobre Carlos Romero Deschamps, uno de los principales obstáculos para barrer, de arriba hacia abajo, la pudrición que le dejó el PRI. Para mí, que conozco un poco al tabasqueño, esto es cosa de días, máxime cuando la tragedia de Tlahuelilpan lo obliga a ser todavía más contundente. Para evitar que Tlahuelilpan se convierta en el Vietnam o el Ayotzinapa de su gobierno.
Si bien yo, como muchos, escuchamos incrédulos decir al presidente que perdonaba y olvidaba todo a los corruptos, en aras de una cuestionable fraternidad, me parece que el flamazo de Hidalgo lo orilla a ser más implacable aún: castigar todo y a todos los relacionados con robos, tragedias y saqueos a Pemex.
Y también tiene por qués de otro tipo. 1.- Uno de sus grandes cuates es Octavio Romero; nadie sabe cuál es el ascendiente del director de Pemex en el presidente; pero es fuerte. Y enjaular a Deschamps vendría a Romero muy bien: se quitaría los reflectores que lo tildan de pusilánime y rinconero. Y de que no es técnico, sino agrónomo, comerciante y ganadero y aun así logró que le encargaran una de las petroleras más grandes del mundo. Es decir: entre los dos Romeros, Amlo ya tiene el suyo.
2.- Enchiquerar a Deschamps significa a Amlo un punto inmenso en la guerra contra los huachicoles; un punto económico inmenso. Veamos: si Pemex logra este año parar los robos a ductos, evitaría gastar unos 3 mil millones de dólares, o unos 60 mil millones de pesos. Y como casualmente este año Pemex tiene una deuda a pagar de 6 mil millones de dólares, o unos 120 mil millones de pesos, pues esta cifra sería a la mitad. Es decir: detener el huachicoleo y tener en el tambo a uno de sus próceres suena muy bien para el presidente de los 30 millones de fans.
3.- Desde chavo (cuando en Tabasco se lanzó a la fama encabezando la quema de pozos petroleros) Amlo fue perseguido por el gobierno y eso mismo comenzó a labrar su leyenda de Robin Hood. Llamarse perseguido se convirtió en una forma de vida y centro de su activismo y su discurso rebelde. Eso explica, para mí, por qué se la jugó reciclando en el Senado al bochornoso Napito Gómez y “proteger” a los perseguidos del régimen como bandera electoral. Eso bien podría aplicar también en el caso de Elba Esther Gordillo, la maestra favorita de Salinas de Gortari y quien pasará este régimen de presidiaria a lideresa natural del sindicato más grande de América Latina. Adalid de los perseguidos, pues. Sin olvidar, claro, que Amlo así controla los ácidos estomacales que le causa Peña Nieto.
Y si cree, como yo, que Amlo es un animal de la política, estará conmigo en que ES el momento de la gansoestocada a Romero Deschamps. Este ya no tiene fuero, no tiene padrino, no tiene edad (chochea a los 75), no tiene armas para un trueque, la opinión pública lo abomina, la clase política le hace fuchi, los 36 hampones que tiene ungidos como líderes de secciones lo traicionan con alegría; los miles de despedidos huérfanos de la reforma energética lo odian; hay disidentes cucados desde el círculo rojo contra él; afronta denuncias de huachicolero (robaba combustible desde 1977 en pipas de doble fondo) y en la Torre de Pemex el agrónomo se saca la lotería si le dan cuello al tampiqueño.
Amlo declaró su guerra al huachicol hace 28 días. No le ha ido muy bien que digamos. En la tragedia de Tlahuelilpan el ejército la regó y su gobierno se vio lento, pasmado, apanicado, novato. Lo de saturar de pipas las carreteras del país y dejar los ductos casi de adorno como que tampoco tienen mucha asidera. El país también ha visto cómo el equipo (Nahle, Romero) causa pena ajena.
Dejar caer la fuerza de la 4T en la humanidad de Romero El Malo viene como oxígeno en este momento de crisis. Sólo se entiende barrer desde arriba si en el sindicato cae el pez gordo y en Pemex y en la IP pescan a huachicoleros seriales. No se olvide que el líder petrolero anda amparado y huyendo (¿Tierra del Fuego?), es decir, anda tocado.
Que el ganso levante el vuelo!.
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