¡Bolígrafo y celular es suficiente! El presidente Obama desafía al Congreso.
De cara al discurso del estado de la unión, hoy por la noche, el mandatario harto de la inacción de los legisladores de la cámara baja, declaró: Con mi bolígrafo y teléfono celular, es suficiente para activar al país. (Léase, Acciones Ejecutivas)
Para los detractores del presidente, así como, para investigadores, el uso de estas, como herramienta en contra de la parálisis legislativa les parece una decisión sin paralelo dentro de la modernidad. Para activistas y liberales, la medida les resulta francamente pobre, no es suficiente para superar los problemas del país. ¡Debería ir más lejos que tan solo con Acciones Ejecutivas!
Apenas se diera a conocer la declaración del ejecutivo federal, el presidente de la cámara baja, el singular John Boehner, de inmediato salió al paso, con tono airado, como diciendo; no mi querido Barack, ¿y…? ¿Acaso La Constitución esta pintada?
No te mandas solo, no te puedes ir por la libre, para eso existen los checks and balances, refiriéndose, al equilibrio y control mutuo, por parte, de los tres poderes del Estado que impone la propia Carta Magna.
Aunque esas no fueron sus palabras literalmente, sí las pensó sin mencionarlas, nada más logró murmurar la tibia frasecilla: Nadie puede pasar por encima de La Constitución.
La preocupación, de la aplicación de las acciones ejecutivas, de John Boehner y sus colegas del partido republicano es fundada.
El presidente en los últimos años, unilateralmente, cambió elementos de la ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, declaró anticonstitucional la ley en contra de los derechos de las personas con preferencias sexuales diferentes, excluyó la amenaza de deportación a determinados grupos de personas sin papeles, evitó el escrutinio del Senado en el nombramiento de funcionarios controvertidos, eliminó el cumplimiento de determinados requerimientos de la ley de educación, y, lo mismo para la reforma de prestaciones sociales, entre otras.
Por lo anterior, hay quienes se cuestionan si la administración de Barack Obama es una presidencia imperial, por la manera autónoma de dirigir el destino de la nación, la realidad es que, no es tiempo para grandes ideas, sino para acciones ejecutivas que destraben la inactividad en la que el congreso mantiene secuestrado al país.
Culpar al presidente por su color de piel no es la solución, su gran pecado es no ser un hombre de ojos azules y piel blanca como desean los republicanos, para acogerlo con sus votos en la cámara de representantes.