Irreversible el efecto Venezuela. Lejano el diálogo franco. La fractura con los vecinos. Unos silenciosos. Otros quedos al silencio. En su mutis aguardan… Maduro ya perdió. Se aisló. Con ello la intentona forzada convencer el sueño bolivariano resulta absurdo, “pasado de moda”.
Vivimos el siglo XXI sin menoscabar pasajes del colonialismo delos siglos 17, 18, 19, suma al legítimo grito de Simón Bolívar. Resta aceptar, hoy, las juventudes desean un mundo alienado al porvenir. Quienes pasamos circunstancias-similares a Simón sin caballo blanco-, acaudillamos esa convicción, en su momento, con bala, cárcel, dolor. Pobres somos no aceptar la nueva fresca voz.
Entendemos el manejo arcaico de personajes con concepción arbitraria, su destino es sucumbir, si no hoy, mañana. Vivir atrapados en ismos fracasados es desatender al presente. La pretensión es mejoría para todos, respeto, tolerancia, justicia. Sin requisito a tantas instancias como derechos humanos, o tantas iniciativas para disfrazar la impunidad con circo pan y vino, el derecho a trabajar, no vivir de prebendas. ¿Porque gratis? Porqué acallar la pobreza, dar herramientas para salir de ese hueco es mejor vía armarlos, acercar la suficiencia. Dudo somos personas por el mundo incapaces a resolver. En dónde nos atora la codicia, el poder o el desgano a mirar atrás, tender la mano y socorrer.
De entuertos la historia está escrita. ¿Por qué hoy? Somos tan obtusos de no desatarla para una mejor opción de aquello que no hemos construido razonablemente correcto.
Las balas no consiguen más que venganza y revancha, nos minimiza cómos seres humanos. ¿Somos menos inteligentes que la rana que croa? Admiro a las ranas en el riachuelo burlándose de nosotros, verdes, resbalosas, ojos desorbitados… Atrapando insectos.
De verdad que pequeños somos, incapaces, la codicia nos maree, el poder nos atrape.
En algún pasaje de la vida cuestioné; después del éxito, la fortuna, del poder qué sigue, la respuesta fue Dios. ¿Y…? Dios quién es… La transición del hueco personal, ¿el que desarropa? Lo material es pasajero, llegaste desnudo. Al final, frío, solo, morado, descompuesto, qué te llevas, al iniciar otro territorio no explorado, invade los momentos más gloriosos cuando lo cuestionas.
Así que guerritas en Crimea, Ucrania, África, y sopetones en Venezuela, ni quitarnos el sueño, que se masacren, al fin, son hermanos.