Esperanzadora para 11 millones de sin papeles la liberación del periodista indocumentado, José Antonio Vargas, de origen filipino.
En este país en donde la jurisprudencia, se basa en dictámenes de juicios pasados en la mayoría de los casos; la detención, liberación y citación por parte de las autoridades de inmigración en Texas, sientan el precedente para que, los 11 millones de indocumentados en el país, obtengan el derecho a presentarse ante un juez de inmigración para evaluar su caso con equidad.
El caso del ganador de un premio Pulitzer colectivo en el 2008, José Antonio Vargas, se presenta interesante al tocar todas las aristas del intríngulis migratorio que se vive en los Estados Unidos.
De acuerdo a las declaraciones de Vargas, llegó a los EUA, a la edad de 12 años, hace 25. Paga impuestos, tiene una profesión certificada por una universidad estadounidense, construyó una positiva reputación como periodista, ha colaborado con diarios nacionales del calibre del Wall Street Journal y, en su solidaridad como activista proinmigracion fue detenido por las autoridades migratorias en Mc Allen, TX, liberado y, habrá de presentarse ante un juez de inmigración para revisar el caso.
De no ser deportado, por el juez, ese dictamen de ser favorable y le diese la posibilidad de obtener la residencia legal-la anhelada Green Card-, establecería la resolución jurídica para los 11 millones de sin papeles, de los cuales, el 80% son mexicanos.
La reforma a la ley de inmigración podría quedarse, como hasta hoy, en la cámara de representantes plácidamente sin necesidad de revisiones, adiciones y votación mayoritaria. Pasaría a la historia como otro proyecto arrumbado en el archivo negro de la historia legislativa estadounidense, para vergüenza de los representantes republicanos. Una afrenta fuera del control en contra, de quienes se empecinan en favorecer al 1% de los ciudadanos.
Aunque me congratula el hecho, está todavía por esperar la “salomónica” decisión del juez de inmigración, por esto, le extiendo al señor juez mi más sentida conmiseración. Esta sí que es una papa caliente, un tema controvertido que dará para escribir insaciables notas periodísticas, para realizar infinidad de entrevistas, coordinar mesas redondas de análisis al respecto, los medios de comunicación tendrán carnita de sobra para echar al asador y, que generará toda clase de manifestaciones ciudadanas en pro y en contra. Un delicioso circo mediático sin precedente.
Imposible dejar de cuestionar, por qué en 25 años dentro de la Unión Americana, Mister Vargas, no tramitó su residencia legal, cómo, sus empleadores le dieron trabajo sin seguro social, cómo hizo para pagar los impuestos sin más documento que su pasaporte filipino, de conducir algún vehículo, cómo obtuvo la licencia, como un periodista de su calibre desconoce las facultades de la Patrulla Fronteriza, o qué, siempre vivió a salto de mata como los 11 millones de sin papeles, a pesar, de ser una celebridad. Acaso, los jueces que le premiaron con el Pulitzer desconocían su estatus. Las incógnitas persisten, negándome a creer, que el caso, Mister Vargas, sea fortuito por su calidad de ciudadano ejemplar, evadir por tantos años a las autoridades migratorias huele a gato encerrado…
Me encanta lo que dices, espero se realize tu mencion. Gracias por darnos una esperanza. Roberta