A Federico Graf Campos
Tercera Guerra Mundial en progreso. Benedicto XV en 1917 declaró: “Jamás hasta ahora se había visto en el mundo la guerra como institución permanente de toda la humanidad”. Castellani (1899-1981; sacerdote católico expulsado de los jesuitas; teólogo, crítico político, escritor, etc.) advierte que viendo dos guerras mundiales parece como si el mundo se preparase para una tercera.
Recientemente, el buen Papa Francisco, durante su visita al gigantesco cementerio nacional de Redipuglia, en donde permanecen los restos de más de 100,000 de soldados italianos caídos durante la Primera Guerra Mundial, lanzó un grito al aire-dentro de su desesperación-dolor-incomprensión, al apreciar la capacidad belicosa de los humanos: “¡La guerra es una locura!”
En ese mismo sitio rodeado de colinas colosales y cielos cristalinos, añadió: “La ideología es una justificación, y cuando no es la ideología, es la respuesta de Caín”, ¿A mí que me importa? ¿Soy yo el guardián de mi hermano?
La caustica frase identifica la indiferencia de los hombres y mujeres ante las injusticias, el dolor del prójimo, la pobreza, las enfermedades, la hambruna, la muerte, mientras no sea la propia, las guerras… ¿A mí que me importa? ¿Acaso soy responsable del vecino…? –Que se arregle como pueda-El tiempo es oro para perderlo en nimiedades ajenas. El aberrante egoísmo no acepta inconveniencia, descalifica la caridad-Lo mío es suficiente para distracciones advenedizas…
El discurso del presidente Barack Obama ante el pleno de las Naciones Unidas desmanteló su promesa de no intervencionismo que lo llevó a La Casa Blanca en 2009.
Retorica necesaria para sumar boletas electorales a su favor, en un país cansado de guerrear en tierras lejanas-Irak-Afganistán-más el efecto Pakistán, sin comprender que el trasfondo no era la lucha contra “el eje del mal”, sino el abastecimiento de petróleo antes que emplear las reservas propias. Salvaguardar los intereses territoriales de Israel en la región, “conciliar el conflicto israelí-palestino, a pesar del costo financiero con aliados alineados a ese propósito, a sabiendas que cuando encontraran pretexto se deslindarían para cobrarse la humillación del vasallaje, la intromisión…
La religión, las añejas diferencias entre tribus legendarias compartiendo territorios en forma de naciones, reclaman la tierra de sus antepasados, solo las dictaduras socavaron la intención. En nombre de la democracia, la libertad y el progreso, a varios títeres los desalojaron, Túnez-Egipto-y, al de Libia lo asesinaron los suyos. El resultado; un impase, luego la lucha fratricida y el odio a occidente, en especial a los EEUU.
El río revuelto alcanzó a Latinoamérica; Venezuela, Bolivia, Ecuador… discursos antiimperialistas, sin consecuencia aun, para justificar ante los ciudadanos las bondades de las nuevas dictaduras cobijadas bajo comicios “libres y plurales”, y darle sentido a la inviabilidad económica que prevalece, en donde cada día el remolino del desaseo funcional-financiero-corrupción, va de poco por poco despertando a los desposeídos, como igual sucede en San Salvador, Honduras y Guatemala.
El talibán, el sentimiento anti-americano del Islam, es agua de caldo para aglutinar a los islámicos más radicales en forma de Califato, el Estado del Islam, EI, sanguinario, bárbaro, con estrategias diferentes al terrorismo convencional, con más de 150,000 miembros diseminados en 80 países, se convierte en un enemigo amorfo que pone en jaque a las 40 naciones lideradas por Washington quien les ha declarado la “guerra a muerte”, ya en Siria, en zonas petroleras bajo su control-fuente financiera, cuyas ventas en el mercado negro de crudo le genera al EI: $20.00 dólares por barril. La jugarreta de continuar, desestabilizara el jugoso negocio internacional de la OPEC y compinches.
Lo que presenciamos es solo el principio de esta: Tercera Guerra Mundial en progreso.
Los intereses económicos y geopolíticos, la producción de armamento, la producción de equipos y abastecimiento, la tecnología de guerra, para acabar con el EI, alargaran y financiaran a “buenos y malos”, en caso, de existir tal adjetivo para definir a adversarios y afines.
Ahora si se voló la barda señor Cazalet. ¿De verdad piensa que el mundo ya está en guerra, y todo por los intereses petroleros? ¿Qué pasara con México?