¡Travestismo o Cameleoismo Político! La Real Academia del Español define al travestismo, así: Práctica que consiste en el uso de las prendas de vestir del sexo contrario. Práctica consistente en la ocultación de la verdadera apariencia de alguien o algo.
Esta segunda aproximación les va al “pelo” a los delegados del D.F., sin descontar el color del partido al cual pertenecen. A 8 meses terminar su mandato, el cual, lo “ganaron” por votación popular abandonan el cargo sin pudor, menos ética alguna. Desdeñan las promesas de campaña, ceden, a manos de quien sabe quién, dejando inconclusa la tarea de quienes los encumbró.
Los ciudadanos en ascuas, sin conocer a quien reclamar, en caso de haber contado con la ingrata información, miraran al cielo para solicitar cuentas de las promesas de campaña. Sin solución alguna a la disyuntiva-reclamo-ejercer sus derechos ciudadanos- y bla, bla, bla; el único remedio es renovar la dichosa credencial electoral para volver a caer en la trampa “democrática”, que sin ella el mundo de la tramitologia privada u oficial les presenta un panorama sombrío, cercano a la inexistencia de su deambular por pasillos tenebrosos para resolver cualquier genuina diligencia.
Aplaudo el derecho a la libertad, a la libertad de expresión, repudio “amarrar” otro hueso, sobre todo con la tarea inconclusa a cuestas, con el cinismo del blindaje que ofrece la gloriosa inmunidad en el sacrosanto Congreso de la Unión. ¡Vaya gran beca! ¿A costa de quién? De usted, apreciable lector que no se le escapa al SAT.
Motivo digno, ser diputado, para defender los derechos de los ciudadanos en la más alta tribuna de este país sojuzgado a intereses personales. El mero deseo a continuar mamando a la vaca pública que se caracteriza por premiar engendros que lejos de darles mejores condiciones de bienestar a los mexicanos, les sume en el juicioso; yo corrompo, tu corrompes, todos corrompemos, mientras la ubre resista corrompamos todos al unísono, al fin aguanta la insensatez de esta fantasía llamada democracia.
Hagamos oídos largos y agucemos la mirada para deleitarnos con las campiñas electorales, bucólicas, plenas de llanuras con florecitas multicolores, sonrientes, y pajarillos entonando sabias promesas que nunca se cumplirán. Bebamos y emborrachémonos de fútbol, al cabo nuestro candidato ganará. En posición, nos dará atole con el dedo, de no salir ligado al narco, o, a manejar Porches, de igual manera les perdonaremos sus excentricidades, qué más da, son nuestros representantes, las voces que luchan por un México digno, mejor…
Más interesante resulta la definición de camaleón; Reptil escamoso de unos 30 cm de longitud, cola prensil y ojos de movimiento independiente. Se alimenta de insectos que caza con su lengua larga y pegajosa. Su piel cambia de color para adaptarse al de los objetos que le rodean, el camaleón es un animal mimético.
Igual a la anterior descripción, la segunda, les cae al pelo a funcionarios como el pirrurris Del Mazo. Causa escándalo, a mi cuando menos, que el mequetrefe, ahora ex director de BANOBRAS, by the way, en donde Feli-pillo I, conde de las reservas etílicas de Los Pinacates, en donde hizo de las suyas al autorizándose un primer crédito a su favor, el joven Del Mazo, antes que le descubran pillerías a favor de los Atlacomulco se cobije con la deliciosa inmunidad de una diputación.
Capaz que piensa que podría ser el caballo negro de su paisano, “pos” vaya usted a saber apreciable lector que nos depara el destino con este grupillo de “sabios” conocedores del tuerto y entuerto, tan es así, que para demostrar sus manitas limpias importaron al secretario, Gurria, de la OCDE, pa’ decirnos que todas las licitaciones de gran calado podrían ser imputadas, de no ser impolutas, prístinas. Jejeje!
Felices elecciones de medio término.
Mi juicioso deseo es que no gane nadie… Entonces veremos de qué clase de cacha esta armado este “gobierno”…
Que nos la hagan una y otra vez ya hasta dejo de ser tema de molestia, que sea cultural o no, aunque discutible pareciera que no tiene importancia, sin embargo, más que cultural es fisiológico, es decir, nuestro entorno es tan benévolo que hasta nos damos el lujo de aplaudir la tranza que avanza y la cultura del esfuerzo en la que se vale todo con tal de llegar. De no ser así, porqué ahora que las cosas son más difíciles nos empezamos a ocupar del porqué estamos atorados.