!Calentando motores! De cara a las elecciones presidenciales del 04 de noviembre del 2016, los republicanos inician la carrera a la nominación de su candidato. En la otra esquina del ring político, la de los demócratas, todo pareciera advertir que Hillary Rodham Clinton “está amarrada”. No es de extrañar, por eso, que no inicie oficialmente su postulación. Prefiere quedarse fuera del escrutinio público y político, para evitar confrontaciones desgastantes para su imagen y la de su equipo de campaña. Todo indica que el arranque lo dilatara hasta donde se lo permitan los tiempos electorales. .
Su presencia, en los medios y en el electorado, es tersa-discreta-sobria; penetra como humedad en las preferencias para los comicios.
Los sondeos de la NBC y del director, del Instituto Marista para la Opinión Pública, Lee Miringoff, prevén un panorama áspero para los potenciales candidatos republicanos.
Del total de 16, hasta ahora, sobresalen 8 con apoyo de 2 dígitos en las encuestas: El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie; el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee; el senador de Carolina del Sur Lindsey Graham; Ben Carson neurocirujano retirado; el ex gobernador de Florida, Jeb Bush; el gobernador de Wisconsin, Scott Walker y, el senador de Kentucky Rand Paul.
“La caballada esta flaca”, diría Rubén Figueroa Figueroa, el controversial gobernador de Guerrero durante la administración de Luis Echevarría (1970-1976) sobre los candidatos a suceder al hombre de la guayabera. Aquí, en los EEUU, aplica la legendaria frase; el escenario luce similar al de entonces en México.
De esos 8, quienes tienen mejores resultados en los sondeos son; Jeb Bush y Scott Walker. Para el primero le resultara arduo deslindarse de su hermano, el 43 presidente, George W. Bush por la invasión a Irak, sus dichos punzantes sobre el “eje del mal”, las dudas sobre quién o quiénes fueron los autores intelectuales de septiembre 11, la cercana relación con su vice-presidente, el belicoso Dick Chenney, de quien debemos recordar fue secretario de defensa de los EEUU, con el otro Bush, el padre, George W.H. (Walker Herbert), ex director de la CIA, vicepresidente con Ronald Reagan y, autor de la Guerra del Desierto, Desert Storm.
Al joven, George W. (Walker) Bush, también se le recuerda por cometer algunas pifias que causó hilaridad ente la ciudadanía estadounidense, tachándole de inculto, a veces, bobo, como su par, el que habita actualmente la residencia de Los Pinos.
Jeb Bush, el ahora, suspirante a la nominación republicana a la presidencia en el 2016, dejo pasar los dos términos de Obama para postularse, esperó a que las aguas amainaran, y contrario, a lo que en su momento comentó su madre Barbara Bush: “Ya es suficiente con tantos Bush en la Casa Blanca, como para un tercero”.
Hace unos días la ex primera dama se retractó, para abrirle el camino a su hijo prodigo. El peso e influencia de Doña Bárbara es decisivo, su popularidad y admiración entre los estadounidenses es grandilocuente. Querida y respetada, sin duda, un espaldarazo al querubín Jeb sin condición.
Los analistas y académicos consideran a Jeb, como el de mayor calado de los Bush. Políticamente es un tiburón que sabe navegar por aguas turbias, en la superficie es pragmático, excelente negociador y, lo más importante el voto latino lo apoya, el cual podría ser la diferencia en la carrera a la Casa Blanca, para mudarse a ella, en el 2017.
Scott Walker, ex gobernador de Wisconsin, no es perita en dulce. Su carrera resulta inevitable compararla con la de Richard Nixon, quien a pesar de varios intentos en comicios estatales perdió una y otra vez, llegó a la vice presidencia con Dwight D., Ike, Eisenhower durante sus dos mandatos 8 años (1953-1961).
John F. Kennedy, le arrebató la presidencia por margen muy escaso, en aquella ocasión como delfín del Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
Nixon, después de perder las elecciones presidenciales contra Kennedy, volvió a ser derrotado en los comicios a gobernador de California. Nunca sucumbió ante la adversidad, los fracasos le enseñaron y, ensañaron de más. Se convirtió en un adversario cada vez más poderoso, hasta su arribo a La Casa Blanca (1979-1984), al vencer al candidato demócrata Hubert Humphrey.
A Nixon, se le reconoce por establecer las relaciones diplomáticas en 1972, con La República Popular de China, por ser el artífice del tratado anti misiles y establecer la primera agencia a favor del medio ambiente. Sin embargo, el desenlace de su presidencia fue infortunado, cuando debió dimitir por el escándalo de espionaje político en las trincheras demócratas. El ilustre caso Watergate.
El caso de Scott Walker (1967), sin ser una historia espejo, se debe reconocer el temple del gobernador de Wisconsin. Su carrera política desde sus inicios como candidato a presidente de sociedad de alumnos de Marquette University, o a Concejal de la Asamblea de Legislativa de Wisconsin resultaron adversos y, por si no fuera poco, cuando ganó la gubernatura de ese estado, los comicios fueron llamados a escrutinio. Finalmente fue confirmada su victoria y en su reelección, a pesar, de múltiples descontentos por sus reformas presupuestales, venció por segunda vez a su contrincante, el demócrata, Tom Barret, con 53%, a favor.
Resulta interesante advertir, que ha sido el único gobernador en la historia de EEUU, en que después de un escrutinio pos-electoral fuera reelecto.
Ante penúltimos renglones. (Espero todavía escribir más en el futuro).
Como dijo un colega, conjugar el verbo haber, en hubiera o hubiese es conjugación pendeja… No puedo dejar de lado a los analistas que pronosticaron lo siguiente: “Si hubiesen sido hoy las elecciones a la presidencia entre Jeb Bush” (a quien lo determinan como el candidato republicano) y “Hillary, Hillary, Hillary, esta hubiera ganado por 53% en relación al 48% del ex gobernador de Florida”, con permiso de mami, claro… ¡Thanks God!