Es temprano para darle la victoria a Jeb Bush en los comicios presidenciales del 2016. “Hillary 2016”; ¿Inevitable candidata? ¿Y, si no?…
Contrario a algunos comentarios en los medios escritos de México, el arribo de otro Bush a la Casa Blanca está por verse. Si el día de hoy se realizaran los comicios presidenciales, Hillary Clinton contaría con el 80% de las preferencias del electorado.
Sí, leyó usted bien, el ochenta por ciento, mientras que el ex gobernador de Florida, Jeb Bush, solo cuenta con el 43% de aprobación de los electores, solamente, de su partido. (El partido republicano representa el 46% del total del padrón electoral).
Si bien, el 60% de los ciudadanos, encuestados, desean “un cambio”, ante la cuestionada administración de Barack Obama, al momento de decidir su preferencia para los comicios se inclinan, favorable y abrumadoramente, a “Hillary for 2016”.
Ambos, precandidatos, mantienen fantasmas en el closet, que día con día los atraen sus detractores para debilitar su postulación.
En el caso de John Ellis Bush, “Jeb” viene de las iniciales de sus tres nombres, es la inminente cercanía a su hermano George W. Bush que la memoria colectiva mantiene vigente colmada de recuerdos negativos: La guerra en Afganistán, la invasión a Irak, El Eje del Mal, los trágicos y cuestionada autoría de los sucesos de las Torres Gemelas, sin descontar el costo económico de tales empresas además del impacto a las finanzas públicas y de los contribuyentes. La subordinación a su belicoso vicepresidente Dick Cheney y, a su padre el ex presidente George W.H. Bush.
La historia de su padre más lejana en el tiempo para la retentiva de los ciudadanos no menoscaba los tétricos pasajes por su paso como director de la CIA, cuando intervenía sin pudor en los gobiernos de Latinoamérica, África o Medio Oriente; vicepresidente con Ronald Reagan y presidente por un solo término.
Los hechos que envuelven su pasado fueron los mismos que le cobraron la factura para la no reelección. Solo mencionaremos los de mayor relevancia en donde participó directa o indirectamente: El caso Irán contras, el fortalecimiento de la guerrillas centroamericanas, el contrabando de armas y drogas, “la administración personal de la guerra al narcotráfico, la invasión a Panamá para secuestrar al general Noriega, La Guerra del Golfo, también conocida como Operación Tormenta del Desierto cuando salieron al rescate de la invasión de Irak a Kuwait en 1990, que alcanzó la frontera con Arabia Saudita, además de varios misiles suelo israelita…
Sin embargo, lo que más dañó su imagen fue el incumplimiento del compromiso con la ciudadanía a no subirle los impuestos. El bolsillo de los estadounidenses es más sensible que a las mil pifias políticas, incluso el adulterio.
Jeb Bush, mantiene una posición favorable a la reforma a la Ley de Inmigración, contraria, a la mayoría de los ultra conservadores de su partido.
El aspirante a candidato presidencial, en varias ocasiones ha tomado distancia de su hermano y padre, arguyendo que sus principios y propuestas pertenecen a él no a sus familiares.
De la reforma migratoria ha intentado suavizar su posición, sin conseguir que sus detractores cambien de opinión. Su esposa, Columba Garnica Gallo, es de origen mexicano, inevitable soslayar la influencia de ella en él, si fue capaz-Jeb-de convertirse al catolicismo cuando contrajo nupcias, no existe motivo real para ablandar su narrativa, excepto para esquivar a sus atacantes quienes le imputan que habría de otorgar amnistía a los más de 11 millones de sin papeles en la unión americana.
Hillary Rodham Clinton, también tiene su historia, hechos que los de su partido el demócrata, los miran sin cuestionar. Los excesivos gastos en viajes, los ingresos internacionales y nacionales para la fundación familiar, el recién escándalo por utilizar una cuenta personal de e-mail para cuestiones oficiales, más lejano en el tiempo, su presunto involucramiento en un fraude de bienes raíces en Arkansas cuando su esposo el ex presidente Bill Clinton fuera gobernador. La sobrevivencia a los escándalos amorosos y sexuales de su pareja con, Gennifer Flowers y Monica Lewinsky.
A comparación con los Bush, Hillary es una blanca paloma, sin embargo, como nada está escrito y el camino a las convenciones, demócrata y republicana, para elegir candidato a la presidencia, todavía es largo. Pareciera inevitable que la Clinton sea la postulada por su partido. ¿Y, si no?…
Los demócratas no cuentan con otra carta sólida, ni el vice presidente John Biden, la senadora por Massachusetts, la populista, liberal, Elizabeth Warren o, el ex gobernador de Maryland, Martin O’Malley, con un record de logros impresionante, cuentan con el gran calaje y popularidad de Hillary.
Todo indica que todos los huevos están puestos en la canasta; “Hillary 2016”, menudo susto se llevaran por no tener una ruta alternativa. Y, si todo marcha sobre ruedas lo más probable es que Martin O’Malley sea la mancuerna de Hillary.
En el caso de los republicanos, ahí están en segunda fila, prestos para el abordaje, el senador por Florida Marco Rubio y, el gobernador de New Jersey Chris Christie, entre otros suspirantes al rescate de ser el caso.