Veritas liberabit nos. La verdad nos hará libres. Lo sentencia la Biblia.
Herbert Marshall McLuhan (1911-1980, Canadá) fundador de los estudios sobre los medios. El gran visionario de la sociedad de la información. Acuñó el término, entre los años, 60’s-70’s, “la galaxia Gutenberg, la aldea global” para trazar la interconexión humana a escala planetaria generada por los medios electrónicos de comunicación. Su máxima; “el medio es el mensaje.”
El Internet nace en 1969, como un conjunto descentralizado de redes de comunicación interconectadas. Usando la familia de protocolos TCP/IP que garantizaría las redes físicas heterogéneas como una red lógica única, de alcance mundial.
¿Asumió McLuhan tal invención? ¿El departamento de Defensa de los EEUU le pasó la invención a mano primera?… Como reconocimiento del medio es el mensaje, así, ¿marear a las masas? Su muerte prematura deja interrogantes. (69 años).
El origen inicial del Internet tenía un objetivo claro, concreto: búsqueda de información. ¿Para quienes?…
McLuhan hombre simple, apegado a su realismo comunicar, el, convencido sin protocolo, excepto una nota; el mensaje a las masas.
Madison Avenue. 1946-1952, existe un trecho ante McL’, Internet. Los publicistas de esa avenida.
Ellos, hacían de las suyas al limón. No existía evidencia de métodos “científicos”. Mera sensibilidad de hábiles humanos a reconocer necesidades del público; vendieron: “Clearasil; Medias y Ligueros; Brasieres; crema Nivea; pasta dentífrica Colgate; jaboncillos verdes Palmolive; Coca-Cola y “Peqsi”; al infame Ford Edsel, el auto Jaguar sin éxito, la aerolínea PAN-AM, todos nombres, marcas desconocidas entonces al público. Hoy, Kleenex sinónimo de pañuelo desechable. Quienes en la memoria de los consumidores, están presentes hoy. ¡Heroicos!, que bebían whisky y fumaban a las 10am para festejar o sanar la frustración del error… Siempre existió motivo para beber-fumar-creativos-lisonjeros- desbalagados-infieles-leales-competitivos-seres de mundo raro, con excitabilidad a traducir la inquietud del consumidor.
McLuhan llegó para quedarse. Lo asumió Madison Avenue, al igual que nosotros. El “Gurú” creyó establecer sus reales. Gran desencanto.
Larry Page y Sergey Brin, fundadores de Google, en septiembre de 2003, nos avisaron que andábamos en pañales. “Googlear” se convirtió en nuestro mejor método para informarnos; mapas, libros, cuestiones cotidianas, cualquier incógnita ahí la reconocemos.
Qué decir de Wikipedia o wordreference, tradukka, quien desea saber, con un teclado lo encuentra todo.
El poder de los “sabios” de Madison, la teoría de McL., es vigente, el poder del mensaje a la multitud es todo. ¡AH!.. El secreto es saber comunicarlo. Hábiles quienes penetran en la parte oscura de la pantalla, hacen de las suyas. Talento, respeto.
Facebook, las redes sociales creado por Mark Zuckerberg a la par de Eduardo Saverin, Chris Hughes y Dustin Moskovitz. El sitio original para estudiantes de la Universidad de Harvard sin imaginar el impacto, se amplió a cualquier persona con una cuenta de correo electrónico.
¡HOY! ¡Las redes sociales desbancaron todo!
Revoluciones hemos presenciado, Egipto, Libia, Túnez, “mi gran enemigo (in) Maduro” que más tarde o temprano caerá, el inútil EPN y mujer que lo acompaña, el estúpido virrey Videgaray, Oso-río-río-, me río dos veces, caerán por efecto dómino, políticos impúdicos, aquí allá y acullá.
Cuándo imaginaría McL el poder de esta grandiosa intercomunicación. Hasta Putin (sin acento) o Putin-con, se le acongojan los bullumbos, a los chinos ni decir las aguas entumen los pies con el poder de las redes sociales.
¡El poder de la comunicación!…
Me levanto, de pie me inclino con respeto a tantos colegas en su afán de comunicar cayeron. Para ellos esta breve nota de admiración y reconocido heroísmo.