Los cambios en el gabinete de EPN no representan variación del rumbo de su cuestionable manejo de las finanzas públicas y de la política interior de México.
Los tres secretarios más cuestionados permanecen “inmóviles”, inamovibles. Luis Videgaray, el controvertido secretario de la hacienda pública podrá terminar lo iniciado, desmantelar la economía de su país. El de gobernación demostrará otra vez su ineptitud para controlar la seguridad interior. El gestor de los contratos de la infraestructura a favor del patrón en los Pinos, contiene su capacidad de maniobra.
En pocas palabras, ni frío, ni calor. Cero sustancia. Enroques desangelados. La ciudadanía, otra vez, sin soluciones, ni rumbo.
Probablemente lo que más llama la atención es la nueva posición del ex canciller Meade. SEDESOL, es acomodo para los presidenciables. Acaso, es la pretensión de Peña, o mera distracción para generar conjeturas entre los habilidosos futurólogos, los sabios de cantina, los iracundos de sobremesa, los “insignes” comunicólogos, mientras desinfecta el cochinero del virrey “D”, de derrota, no de “V” de victoria, al estilo de Winston Churchill marcándola con los dedos, índice y medio.
Del chino Chong, ni desperdiciar tinta, o media neurona para desentrañar qué carajos le impide al ejecutivo deshacerse de él. Acaso es tan miope de la realidad para comprender el daño que le hace a su, de por si frágil, imagen de aceptación popular.
El odioso, es la percepción histórica, Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), sin miramiento les hubiese dado una patada en el culete, recula este escribano, nunca de la magnitud del virrey para embrollar sus desaciertos. Se me pasó, Don Gustavo, jaló con el de la guayabera, Luis Echevarría (1970-1976). ¿Qué por cierto, tendrá todavía fuerza, vergüenza, humildad para hablar por una vez con la verdad de lo sucedido en su sexenio y, como secretario de gobernación con GDO? Lo dudo. Alguien comentara por ahí, que la vejez le apago la lucidez. ¿Acaso, alguna vez la tuvo? Su sexenio fue el principio del cacareado “Milagro Mexicano”.
Turismo. Asignatura pendiente. El país merece alcanzar la propuesta del colega Pancho Martin Moreno, 50 mil millones de dólares por concepto de divisas turísticas. La cifra es alcanzable en el mediano plazo. Los duchos en el tema, como Oscar Villarreal Espinoza, ya sacaron la cuenta. La gran cuestión es, qué se debe hacer.
Claudita Ruiz Massieu Salinas (sobrina del innombrable), no lo hizo mal, hizo lo correcto, se asesoró de los que saben, cómo el director del Consejo de Promoción Turística de México. Escuchó, y, fue buena embajadora de México, a pesar de los constantes “acechos” por la inseguridad en el país. Lo sorteó con dignidad, más de las veces juiciosa. De frente.
Eso dista a dejar la brecha abonada para conquistar la propuesta de Pancho. De que hay tela de donde cortar, existe mucha. Los ingredientes del país, ahí están, es cuestión de saber cómo sacarles provecho sustentable, competitivo, acorde a sus tradiciones, riquezas culturales y geográficas, digno, rentable para los mexicanos dueños de esos espacios, con valores agregados creativos suficientes para dejar de ser destino paquetero. Seducir a los mercados de más altos ingresos discrecionales. Ganar dentro de la escasez de la flota aérea global, conectividad.
Del relevo en Salud, me congratulo por la salida de Chauyfett, mi consideración para mejore su vigor. Se dedique a leer, a dejar de comer chocolates, a salir a tomar el sol sin miedo a se le aparezcan los maestros para reclamarle y, no se le ocurra escribir sus memorias, que sus ingratos y desaciertos los padecemos hoy.
Así, Peña, nuevamente considera que con un dedo tapa el sol. Falta menos para terminar su administración. No sé si llorar o ‘irme pa’ Mérida, lindo.