EL ACUERDO SCHENGEN ANTE LA CRISIS MIGRATORIA EN LA UNION EUPOPEA.
Mientras los neoyorquinos disfrutan del fin de semana largo, por Labour Day (Día del Trabajo)-, en reconocimiento a los logros de los trabajadores, en particular, por el establecimiento de la jornada de ocho horas diarias y, cientos de miles acuden al último Grand Slam del año el US Open de Tenis 2015 en Fluhshing Meadows-, la Unión Europea evalúa le revisión del Acuerdo Schengen ante la incesante ola de inmigrantes solicitando asilo político, los otros, los sin papeles, quienes arriesgan la vida por mar o tierra para alcanzar suelo europeo, no son vistos con buenos ojos.
El origen del Acuerdo Schengen data de 1985, cuando Francia, Alemania Occidental, los Países Bajos, Luxemburgo y Bélgica visualizaban un sistema en donde las personas y las mercancías podrían moverse sin barreras entre los diferentes países.
No fue hasta 1995, después del establecimiento de la Unión Europea en 1993, que el Acuerdo Schengen se implementó, entre sus 26 miembros. Se eliminaron controles fronterizos y se creó una visa común.
El tratado fue el paso decisivo, “la llave maestra,” para la creación de la Europa federal. Además de la apertura de las fronteras, los Estados miembros renunciaron a un elemento básico sobre su soberanía nacional.
El acuerdo también requirió de un importante grado de confianza entre los signatarios, puesto que puso la responsabilidad de verificar las identidades y el equipaje de los extranjeros en el primer país de entrada al espacio Schengen. Una vez que una persona ha entrado a un país Schengen, puede moverse libremente a través de la mayor parte de Europa sin hacer frente a los controles adicionales.
La crisis migratoria. En el 2013, más de 435 mil personas solicitaron asilo político, en el 2014 la cifra alcanzó 626,026 personas. Para el 2015 se estima que casi un millón de personas haga lo mismo. Los principales orígenes de quienes buscan asilo político son: Siria, Afganistán y Kosovo. Estos migrantes arriban por vía aérea a Italia, Alemania y Suecia.
Qué sucede con los originarios de África; Guinea, Zambia, Senegal, Costa de Marfil entre otros. Además de sirios, iraquíes, afganos que no pueden costear el billete aéreo. Son quienes utilizan las rutas del Mediterráneo por vía marítima. Los sin papeles. Los que arriesgan la vida día a día, familias enteras. Estos inmigrantes no están contabilizados, como los que solicitan el asilo político, de ahí la preocupación de los gobiernos de la Unión Europea.
Si bien, existe tolerancia, respeto a los mínimos derechos humanos Europa no puede ser anfitrión de millones de seres humanos que huyan de la guerra, la hambruna, sistemas despóticos, y, o por motivos religiosos. En cuanto a quienes buscan mejores condiciones económicas, las autoridades han dejado en claro que para estos, habrían de ser solicitados por empleadores que justifiquen su permanencia legal en base a sus habilidades y destrezas laborales, siempre y cuando su alta calificación no pueda ser suplida por los nacionales.
Por otra parte, la tensión crece en contra de los países europeos con litoral al mediterráneo, que son “acusados” por los otros miembros del bloc Schengen del norte, de no tomar las suficientes medidas de seguridad en sus fronteras marítimas para contener la inmigración. Incluso, acusan a Italia de dejarlos entrar a su territorio, siempre y cuando continúen al norte.
Gran Bretaña que no pertenece al bloc, ni tampoco a la Unión Europea basada en el Tratado de Maastricht de 1993, la recrimina por la falta de controles fronterizos, que han generado la mayor crisis de migrantes sin papeles en la ciudad de Calais en Francia, principal puerto entre las dos naciones. Al grado de proponer financiar redes seguridad más severas, la construcción de vallas inexpugnables y, exigió, en su momento, la presencia de las fuerzas militares francesas para contener ese éxodo no presenciado desde la Segunda Guerra Mundial.
Ante este panorama lo que se prevé es evaluar la efectividad del Acuerdo Schengen. Cuando se firmó, las condiciones económicas eran optimistas y la geopolítica internacional presentaba otra visión. Hoy, las economías son frágiles y la presente geopolítica internacional nada que ver con la de 1993.
¿A qué determinación llegarán los miembros del bloc Schengen? Contravendrán el espíritu para el cual fue creado. De ser así, cómo afectará las economías de la Europa federal, sin descontar las fricciones, presentes y pasadas, entre sus miembros.