Bernie Sanders. ¿El caballo negro a presidente de EE.UU.? Pareciera que ante las festividades del 15 y 16 de septiembre, apoteóticas por estos lares, tal vez, por la nostalgia del terruño de aquellos que en la distancia suspiran por algún día festejarlas allá, miran como se desdibuja el panorama político de sus candidatos favoritos a la presidencia.
Hace algunos meses; Hillary Clinton por los demócratas y, Jeb Bush, el candidato con aura bilingüe-bicultural de los republicanos pierden inercia electoral ante Sanders y Trump, respectivamente.
Estas nuevas para los connacionales, con cara de ¿what? No se explican el encumbramiento de Bernie Sanders , un “desconocido” de corte social demócrata al estilo europeo, que va erosionando a paso de mula las preferencias sobre quien pareciera la candidata vencedora en los comicios a la presidencia del 8 de noviembre del 2016, Hillary Clinton.
Tampoco les queda claro a los 55.4 millones de hispanos, menos para los 11 millones de sin papeles. Sin embargo, de aplicarse a conocer su agenda, pareciera el candidato idóneo para sus intereses.
El libreto del senador por Vermont, miembro del comité del presupuesto del senado, indica su compromiso con la sociedad estadounidense al hacer suyas las políticas escandinavas; altos estándares de vida para la clase media y baja, defiende las libertades civiles, crítico de las políticas de vigilancia de masas, como la Ley Patriota que ha causado escándalos por su violación a los derechos de privacidad de los ciudadanos estadounidenses a través de la NSA, Agencia de Seguridad Nacional.
A favor de quienes más recursos económicos poseen, deberían pagar mayores impuestos. Favorece la protección al medio ambiente, el derecho a la educación, el derecho a salud pública, y los valores de las familias dentro de las uniones de trabajadores.
Esta última, para erizarle el pelo a los reaccionarios del ala derecha republicana. Los sindicatos, aliados en los sufragios, también llevan implícita una cuota de poder casi incontrolable, de elasticidad ética como el cosmos. De persistentes componendas a su favor. El costo es alto, pero menor a la desquiciante codicia para llegar a la Casa Blanca. Al fin, al cabo, entre gitanos no se echan la suerte.
Su campaña- la de Bernie- para buscar la nominación del Partido Demócrata a la presidencia la lanzó oficialmente el 26 de mayo en Burlington con esta frase punzante: “Suficiente, es suficiente. El gobierno de los Estados Unidos de América le corresponde a todos los estadounidenses, y no a un grupo de billonarios.” En contra del establishment. La clase gobernante en Washington, D.C., que incluye a los dirigentes políticos, los altos funcionarios públicos, los financieros-Wall Street- y, los industriales más poderosos del país.
Su frase no hace más que recordarnos a la que mencionó John F. Kennedy, el día que juró como presidente: “Ask not what the country can do for you. Ask what you can do for your country.” No exijas lo que el país puede hacer por ti, sino tu qué puedes hacer por él.
El productor de cine, escritor, ahora politico, es hijo de inmigrantes judíos, por eso no sorprende su convicción para realizar una reforma migratoria integral. Su propuesta, la entona con voz firme, desafiante, convincente, congruente a la realidad presente.
De llegar a la presidencia, Bernie Sanders, representa para los sin papeles al aliado más recio para otorgarles legalidad a su permanencia en el país. ¡Por fin salir de las sombras!
Su propuesta.
Una reforma migratoria integral para legalizar a más de 11 millones de trabajadores indocumentados. Evitar la vulnerabilidad por esa condición, a pesar, son motor de la economía, y sujetos a abusos de los empleadores.
Se opone a la construcción de un muro en la frontera. (“Los trabajadores indocumentados vienen a Estados Unidos para escapar de las dificultades económicas y la persecución política”).
Una patrulla fronteriza acorde a la realidad.
Firmaría el DREAM Act. El derecho de ofrecer la oportunidad de residencia permanente y, eventualmente la ciudadanía a los jóvenes que fueron traídos a Estados Unidos cuando eran niños. (“Reconocer a los hombres y mujeres jóvenes que integran los soñadores por lo que son, los niños estadounidenses que merecen el derecho a estar legalmente en el país que conocen como su hogar”).
Extender la Acción Diferida del presidente Obama del programa de llegada de menores (DACA, Deferred Action for Childhood Arrivals)
Incluir a los padres de los ciudadanos, los padres de los residentes legales permanentes, y los padres de los soñadores. (“Aplicar políticas que una a las familias, no separarlas”).
Autorizar y aumentar sustancialmente los fondos para la Corporación de Servicios Legales para proporcionar representación legal de los trabajadores invitados que han sido atropellados por sus empleadores.
Los empleadores deberían estar obligados con los trabajadores invitados a ofrecerles vivienda, gastos de transporte y, las compensaciones establecidas para sus iguales-estadounidenses- conforme lo dicta la ley del trabajo. (Igual que en Canadá)
Aumentar los salarios es imperante. Los empleadores están obligados a pagar a los trabajadores invitados temporales, salarios más altos, no más bajos, en especial cuando exista una verdadera escasez de trabajo.
“Renegociar las políticas comerciales del TLC y el CAFTA (Tratado de libre comercio con Centroamérica) para incrementar el nivel de vida de los trabajadores de este país y de nuestros socios comerciales. Evitar que esos tratados sean un desastre para los pequeños agricultores de México y América Central”.
Más claro que el agua son las buenas intenciones del senador Sanders, que, día con día, gana simpatizantes. Hoy, es puntero en Iowa por los demócratas, estado en donde se mide el nivel de cómo pintan las preferencias electorales de cara a la elección del candidato presidencial. Del lado contrario-republicano, el lenguaraz Trump domina también en esa arena.
Sanders apunta a favor de los connacionales con su tono humano, acorde a la realidad de un país construido por migrantes, haciendo de lado la discriminación, premiando el derecho a una vida digna, productiva, para el beneficio de la nación.
Aproximadamente 8 millones de mexicanos sin papeles, deberían observar a este peculiar candidato a la presidencia, personaliza la realidad de “Su sueño americano”.