Escuadrones de Jilgueros contra Trump.
Todas las organizaciones sin fines de lucro y las demás instituciones sociales, culturales o educativas que representan los intereses y derechos de los connacionales en todos estados de la Unión, deben con sentido de urgencia organizar y coordinar “Los Escuadrones de Jilgueros”, cuyo único propósito sería exponer los peligros que representa para la comunidad mexicana, y por supuesto para todo el país, el que Trump fuera nominado candidato a la presidencia por el Partido Republicano.
En el remoto caso que así sucediese, evitar a toda costa ingrese a la Oficina Oval, de La Casa Blanca votando en contra en los comicios presidenciales del próximo 8 de noviembre.
Entre más numerosa, fuerte, activa y eficiente sea la presencia de los mexicanos en los Estados Unidos en contra del antiinmigración, xenofóbico, misógino pelele, menos probabilidades tendrá de alcanzar sus perversos intereses.
El gobierno mexicano no puede hacer nada al respecto, puesto que su injerencia en asuntos domésticos en otro país políticamente no es apropiado, alteraría el cauce de las relaciones bilaterales, iría en contra del “sagrado principio juarense”: «Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz», sin descontar la autodeterminación de las naciones a elegir su destino.
De la misma manera que el gobierno de la República Mexicana pondría el grito en el cielo, en caso, de suceder tal intromisión por parte de cualquier otro país.
El papel del Jilguero. Cada organización, institución elijará de entre sus miembros uno, o dos, o los necesarios, acorde al tamaño de las comunidades para llevar oralmente, gráficamente, el “Decálogo” de motivos, razones fundadas, del porque no conviene a sus intereses y derechos un candidato como el lenguaraz inflamatorio vende páginas amarillistas… Trump.
No se achiquen ante posibles amenazas de sus cuerpos de guaruras, solo son cuerpos musculosos, sin poder de decisión. Animales bárbaros entrenados para amedrentar. Sin convicción, sin hogar a defender. Los Jilgueros y sus seguideros siempre se deberán conducir en paz, con la razón en las manos.
Menos, temer a las amenazas en los medios del neonazi, quien cree que esos lo encumbraran. Lo único que vale es la razón, el fundamento de cada renglón del Decálogo, la llamada de atención ante la peligrosidad de ese individuo.
A quien el guitarrista de los Rolling Stones, Keith Richards, en su momento no le clavó un cuchillo por ventajista. (La historia presente hurgaría otro rumbo sin su presencia-la de Trump-). Honor a Keith por saber defender los pactos de las Piedras Rodantes ante un advenedizo, ignorante del honor, de la palabra empeñada, del trepador a ultranza.
La tarea es para ayer, el Decálogo, es cuestión de resumir sus barbaridades contrarias a los Estados Unidos, a la inmigración, a las mujeres, a la seguridad nacional, a la economía. Y, elaborar la antítesis con respuestas razonadas.
Talento y conocimiento sobra entre los líderes de todas esas organizaciones.
Todos los Jilgueros deberán compartir el mismo ‘pitch’, entrenados para las preguntas y respuestas, las insolentes de los adversarios sembrados, mas, las genuinas de los connacionales. Nunca caer en la provocación. Que la sensatez sea la bandera de esta heroica cruzada por su porvenir, el de sus hijos, el del país.
De los fondos para moverse, todas y todos deberán hacer el esfuerzo para apoyar la cruzada. Darles a los “Escuadrones de Jilgueros”, los medios para que lleven su canto hasta el último rincón de las comunidades. El futuro está en juego, no hay margen de error. El sentido de urgencia es mayor, el pelele anda por ahí haciendo de las suyas en Arizona y Utah, fuego a su favor para hacer caldo a sus intereses pérfidos.
Especial atención a los estados sureños los cuales sorpresivamente le apoyaron, cuando históricamente han sido los más heridos por la mano de la esclavitud, la discriminación…
Elaborar cuadros de evaluación de las presentaciones de Los Jilgueros y, encuestas para afinar el pitch.
Acciones solidarias en progreso. Determinados consulados de México en el país, dentro de sus funciones de orientación han abierto ventanillas para apoyar a aquellos paisanos que por status migratorio podrían aspirar a la ciudadanía, por ende, al derecho a votar.
Muchos de ellos no lo han hecho, no por falta de deseo, sino por cuestión económica. Actualmente el trámite para la naturalización cuesta $680.00 USD, los formatos son tan complejos que requieren del asesoramiento de un abogado especialista en inmigración. Cuando menos esta asesoría les cuesta entre $1,500.00 y $2,000.00 USD, más las clases de inglés, para aprobar los exámenes de historia, geografía, etc., a pesar, que podrían hacerlos en español, a razón de unos $300USD-$400.00 USD semanales
Para quienes ganan aproximadamente $600.00-$800.00 semanales, que viven al día, iniciar el proceso de nacionalización no está próximo a sus presupuestos. Además, sin la seguridad que en la primera entrega de documentación alcancen el objetivo.
Solo en los condados de Nueva York, existen más de 600 mil connacionales que podrían aspirar a la ciudadanía, en términos reales, menos 600 mil votos menos para Trump. Seguramente en las demás ciudades de la Unión de altos índices de concentración de los mexicanos con papeles la situación debería ser similar.
El padrón actual de votantes es de aproximadamente 220 millones de personas, de las cuales ocurren a votar el 66%, 166 millones de personas. De las cuales teóricamente el 20% son hispanos, sin embargo, solo concurren a los comicios el 40% de ellos. El papel de Los Escuadrones de Jilgueros se torna fundamental para fomentar el derecho al voto, y la decidida acción para detener al mequetrefe en las urnas de las primarias, y en caso necesario las presidenciales.
Manos a la obra, el reloj sin misericordia marca los segundos; tic-tac, tic-tac, tic-tac….