Rubén Cazalet
¿Quién es Roberta S. Jacobson? La próxima embajadora de los Estados Unidos en México.
El pasado uno de junio de 2015, el presidente Obama manifestó su decisión a nominar a Roberta S. Jacobson como la próxima embajadora de la Nación, en México.
El principal motivo del mandatario era el profundo conocimiento de ella sobre Latinoamérica como una de las autoridades en la Casa Blanca. Jacobson además fue la arquitecto de las negociaciones para restablecer relaciones diplomáticas con Cuba.
Del dicho al trecho, de la sana intención del presidente a nombrar a un oficial de primer rango a la embajada al sur del Bravo, no fue tarea sencilla. Como conocemos, cualquier iniciativa de Obama es bloqueada por el Congreso. Este no sería un caso diferente, tal vez, más tenue por el reconocimiento de ambos partidos por su capacidad.
El mandatario estadounidense conocía bien sus credenciales. De servidora pública se convirtió en diplomática por méritos propios. Colaboró, también, con el ex presidente George W. Bush, atendiendo los más delicados asuntos en la relación bilateral entre los EE.UU. y México.
En el Departamento de Estado, inicio su vertiginosa carrera como subdirectora, para terminar de sub-secretaria del departamento de estado en asuntos del hemisferio occidental.
Para Obama, mejor currículo no podría existir, además de los lazos que Jacobson habría establecido en Latinoamérica y, en México en particular. Eclipsando al ex embajador * Earl Anthony Wayne, quien mantuvo un perfil bajo, dedicado a dar conferencias en foros de negocios y educativos. Mientras Jacobson, era/es quien se talló/a en los asuntos de envergadura.
Reconocida en México por su pragmatismo, hábil negociadora en las circunstancias álgidas en las relaciones entre ambos países.
*(William H. Duncan es el actual encargado de la oficina, Ministro Consejero de la Embajada de los Estados Unidos a partir del mes de junio de 2015)
Para sumarle más puntos a sus calificaciones, los republicanos y los demócratas, la respetan y reconocen su trascendental labor.
Después de 10 meses, finalmente el 28 de abril pasado el Congreso de la Unión la confirmó.
¿Qué puede esperar México de ella?
Una relación congruente. Por supuesto sus primeros intereses son los de su país, sin embargo, en comercio, inmigración, situación fronteriza, la balanza podría ser mejor que otros atolondrados que defienden a ultranza. Su perfil me trae a la mente al nuevo embajador de México en Washington, Carlos Sada, igual reconocido y respetado en los Estados Unidos. Ambos realizarán una formidable actuación para beneficio de los “vecinos distantes”.
En el camino cada cual disminuirá el “potencial mediático” de Trump.