¿Qué pasa presidente?… ¿Dónde… cuándo… perdiste la brújula? ¿Acaso siempre navegaste a barlovento o sotavento?
Tan seriecito, te conocí, charlamos en dos ocasiones sobre los paisanos en Nueva York, apenas, eras candidato electo al Estado de México, agradable, cortés, corto de ideas, al fin, político marrullero, con disfraz de candidez. Nunca me fui con la finta, tu solito me compartiste tu soledad nacida de tu pobreza intelectual.
Mira, no me causa ningún regocijo recordar, brindar contigo a las ocho de la mañana con una taza de café, tan sonso eras… Sin embargo, te extendí la mano amiga…
Con harta tristeza, volteo al sur, observo, leo, interrogo a mis paisanos en desesperación, con deseo bofetearte… Tu inhabilidad para dirigir al gran país México, te quedo más allá de tu pobre ingenio.
Acotado por una gavilla de trepadores, cacos incapaces a decirte la realidad. O, enmielarte !Ah! Mano larga para desvalijar el baúl del tesoro nacional.
Tú, en el ensueño a sentarte en el sillón del Águila, los escuchas a veces, pocas, te atreves a dirimir, cuestionar. El drama al aislamiento sin razón; genera ceguera, diálogos al propio, imágenes irreales de un país inexistente.
Nunca he creído en presidentes cuarentanos, acepto el conocimiento académico, nunca el temple de la experiencia. A los sesenta, a penas, inicia la sensatez. Probable destellos de sabiduría.
Hoy, ayer, me asaltó la nota de tu buen secretario de hacienda, con fanfarrias, serpentinas, platos con el emblema nacional, flores, sonrisas compradas, aplausos, para festinar al SAT, el terror de los contribuyentes.
Captó 178 mil millones de pesos adicionales.
Igual lo festejo.
A dónde va… ¿a buen destino? Al desarrollo del país, o, a las alforjas-tuyas y tus cacos-, igual a los dos mil millones de dólares, los cuales fugaz desparecieron del arcón nacional al principio de tu desaseo administrativo como Ejecutivo.
O te mienten o, volteas la mirada de lado ante tu ineptitud.
Esto escribo, apenas es el comienzo de tu pesadilla.
Ni se te ocurra llamarme para asesorarte, empezando por el CNTE, más lo que se acumule, y, es tan amplio el aterrador horizonte que me da pánico mirarlo.
Se te fue, ya no puedes gobernar, por cada uno de tus diez dedos precipitas al país al caos.
Tu tardío, insolente perdón por la Casa Blanca, es un insulto. Eres tan disparatado- o, los insensibles de comunicación de los Pinos-, que dejaste a la Gaviota descobijada. Y, recuerda, se la jugó al guey. Para que salieras con memeces.
A tus ciudadanos, boquiabiertos recordándote tu genealogía familiar. ¡Uf!.. Continúan los reclamos en mi oído, y mira, ni soy de tu familia.
No se vale, hasta para cagar obliga respeto.
¡Ah! Recuerdo por ahí, tenías un amante varón quien te acusó. ¿Desapareció, verdad?…
Asumo, porque no es casual, la participación de casi 60 millones de contribuyentes comparten mi “insensata” idea, que volaran a algún paraíso fiscal. La verdad no me importa. (Por si no te acuerdas, me refiero a los 178 mil millones de pesos. Por si las…)
Tu día llegara, igual para quienes con cinismo entuertan al país.
De mí no te preocupes, estoy lejos de tus tentáculos, ni me compraras, menos amedrentar. Recuerda… soy un ápice mayor a ti, pensante, voy cuando menos tres pasos adelante a ti.
YO… ¡CREO EN LOS MEXICANOS! A pesar, muchos son acomodaticios, huevones, trepadores, otros talentosos, muchos, muchísimos humildes chambeadores, tantos tranzas, como tu gavilla, cuántos sin oportunidad a aplicar su sapiencia por puertas cerradas. ¡Qué vergüenza!
Todos ellas y ellos; indígenas, de cuello blanco, obreros, empleados, burócratas, informales por tu incapacidad de generar empleos, arriban acá, sorteando mil vericuetos peligrosos: Mis admirables migrantes, es, a donde encuentran oportunidad, salud, educación y, por supuesto chamba, bien pagada, no la mejor, pero contra tu salario mínimo de $73.00 pesos diarios, estos mis paisas se lo ganan por hora. Son mi mayor fortaleza.
Dime, ¿cómo recomponer la situación?
Algo no estás haciendo bien.
Lo peor, ni lo harás.
Tu bipolarismo, mira un país cercano al paraíso del Mago de Oz.
Te reto a trepar las montañas de Guerrero, las de Oaxaca, en Michoacán pídele a tus cuais, te encaminen. Tamaulipas, Juárez, Chiapas, hasta podrías inventar como Feli (pillo) Calderón el gran tour de México. Incongruente, salido de las burbujas etílicas. Pero, hay presupuesto para gastar en banalidades, ¿o, no?
Creo, se puede. Paseas a los tuyos, los de ella, por el mundo sin pudor, crees los mexicanos son estúpidos, te van contando cada día los abusos, no te sorprenda salir por la puerta de atrás cual prófugo aterrado.
Y… Estarás solo, bien solitario, cual perro callejero, bueno, estos tienen la dignidad de su miseria. En tu caso desconozco si la conoces.