Cartillas de Racionamiento instala el régimen de opereta de Nicolás Maduro en Venezuela. Para esquivar la atención, acusa a Colombia de ser el centro de instigación en su contra.
Las tristemente célebres cartillas de racionamiento, son el espejo de la ineficiencia de cualquier régimen incluyendo a los socialistas. Se refiere al extremo de la inviabilidad, productiva y económica, del estado para brindar los mínimos de bienestar a su población. Para sostener el modelo, como usted ya lo sospecha, solamente es posible tal atrocidad a base del silencio que provoca el temor al filo de las bayonetas.
El racionamiento de los 20 productos de primera necesidad incluyen: “papel pal’culo”, los 50 millones de rollos de papel higiénico no fueron suficientes y hubo que casi duplicar la cifra e importar 40 millones mas. 740 mil toneladas de alimentos que incluyen leche, arroz, aceite, harina, azúcar, crema dental, pollo, leche en polvo y, etc. etc.
Menos mal que dentro de estos productos regulados en Venezuela, no se incluyeron a las sábanas.
En México durante el gobierno de José López Portillo, cuando se diseñaba la canasta básica, algún sesudo quiso favorecer a algún amigo textilero y las propuso como producto de primera necesidad.
La agudeza del entonces secretario de comercio, Jorge de la Vega Domínguez, le rompió el encanto a la intención del funcionario interesado. “¿En dónde las colocará? ¿Arriba o abajo del petate…?
La cáustica ironía de Don Jorge, motivó a evitar otra, u otras propuestas similares, como aquella a incorporar a la bicicleta. La cual no resulta tan descabellada, pero si discutible, en un país de geografía diversa, en donde no en todas las regiones el vehículo podría ser el idóneo.
Una cosa es un régimen bien habilitado donde exista justicia, equidad y oportunidades de progreso para todos, y otra es regresar a las mazmorras absurdas del socialismo ideológico o físico, o, a cualquiera de los “ismos” a ultranza.
La gravedad del racionamiento de productos regulados en Venezuela, es que llego para quedarse. Es de todos conocido que el extremo, es consecuencia del control de precios y divisas, que desalienta la inversión y la producción. Y ahora, fomenta el mercado negro. Ni siquiera pensar que quienes lo controlen sean los militares.
La alergia al sector privado es obcecada, sin embargo, los herederos chavistas, al igual que su líder no proponen otro instrumento sustito, excepto comprar el favor de los ciudadanos con dádivas, con cargo al presupuesto de la república.
Solo gobernantes con otros fines ajenos al bienestar social hacen todo lo que esta en sus manos para sojuzgar al pueblo y detectar el poder a como de lugar. Los herederos de Chávez, resultaron peores que los panistas aztecas. Ni pa’tras, ni’palante… Únicamente buenos pa’rrobar burdamente, que, ni para eso tienen inteligencia, menos pudor, auque si se les da la piromanía para incendiar al país.
Porqué Ortega de Nicaragua recibe con exceso de fanfarrias a Maduro, o Evo Morales presidente de Bolivia presenta sus respetos al régimen bolivariano con insistencia. Intriga la surrealista alianza de la niña Kirchner de Argentina con los generales del crudo agrio, azufrado.
Rafael Correa, abrazado al New Age y a la Profecía Celestina, se toma la foto con los compañeritos del club bolivariano, pero el ecuatoriano a la hora de la verdad no es comparsa. Igual sucede con su colega del Perú, Ollanta Humala, quien de por si no necesita de nada ni nadie, bien lo dice ya el lema del país; “Firme y Feliz por la Unión”.
Los hermanitos carnaval, sí, esos, los de la isla caribena, la cuna del ron Bacardí del que tanto disfrutaba Felipe Calderón, los hipotéticos regentes del destino venezolano, al que flaco favor le hacen al distribuir y vender, a los miembros del club, el hidrocarburo a precios bajísimos o a otorgar créditos blandísimos, del tipo; “aí te lo apunto”; cuando puedas me pagas…
¿Qué mas añadir…?
“! El que es burro hasta la coyunda lame!”