La presencia de miles de manifestantes en Times Square, en contra del veredicto del jurado, que en Sandford, Florida, decretó la libertad de George Zimmerman por el presunto asesinato del adolescente Trayvon Martin, causa revuelo, el hecho enciende el odio racial en varias ciudades del país.
La absolución de Zimmerman, un vigilante vecinal, que en febrero de 2012 acabó con la vida, de un tiro en el corazón a quemarropa, del adolescente de color Trayvon Martin, que regresaba, sin armas, a casa de su padre tras comprar golosinas en una tienda de autoservicio, abrió otra vez la herida de muchos ciudadanos arguyendo el respeto a los derechos civiles.
El presidente Barack Obama fue parco en su declaración, solicitó calma y manifestó que el hecho de la muerte del joven Martin era muy triste, sin embargo, atajó al comentar que el jurado ha hablado, el presidente encomió a la reflexión, para evitar que casos similares se repitan.
“Si la sentencia es aceptable judicialmente, socialmente es un capítulo aparte. Desde el reverendo Jesse Jackson a la NAACP (la asociación para el avance de las personas de color y principal grupo de lucha de derechos civiles de los negros en EE UU) se calificaba como “descarrilamiento de la justicia” el veredicto de inocencia. “El más fundamental de los derechos civiles —el derecho a la vida— fue violado la noche que George Zimmerman persiguió y acabó con la vida de Trayvon Martin”, se lee en la petición hecha por la NAACP al Departamento de Justicia para que presente cargos federales contra el vigilante.
La realidad es que a partir del sábado pasado cuando el juez mandó a George Zimmerman a casa, con la frase de usted no es culpable, pero tampoco inocente, lo sentenció a vivir el resto de sus días vigilándose la espalda.
La ciudadanía une fuerza, se manifiesta por miles y exige justicia, la politización del caso podría poner en riego la tranquilidad en varias ciudades como Los Ángeles, Boston y Chicago.
También están los simpatizantes de Zimmerman, venden camisetas con figuras alusivas al caso, y reúnen fondos para el vigilante vecinal. 800 mil firmas se han reunido para exigir justicia. El sistema legal y la democracia nuevamente se ponen a prueba.