Maduro arremete de nueva cuenta contra el Imperialismo Yanqui.
¿Motivo? La embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Samantha Power, acusó al gobierno de Venezuela de represor.
¡Ay! ¡Aay! ¡Aaay!… Qué no te queda claro Nicolás (in) Maduro.
Llegaste a la presidencia por la mano divina de tu antecesor el comandante Chávez, el pueblo venezolano no te dio la victoria con el sufragio libre y soberano.
En los comicios fuiste el perdedor sin aceptar derrota. Con la fuerza de los militares te encumbraste, amenazaste a tu contrincante Henrique Capriles con encarcelarlo por desordenes sociales. En el idioma mundano, se llaman marchas pacíficas de apoyo o repudio, que en ese caso fue en contra de tu gobierno espurio.
Tu secretario de economía y finanzas, se inventó un tercer tipo de cambio para evitar el mercado negro, cuando lo que sucedió fue fomentarlo. ¿Al propio? o Acaso el asunto se salió fuera de control. De ser así, deberías cesarlo, sino parecería contubernio. ¿O no?
El desaseo económico ha sido tan severo que el desabasto de productos básicos y medicinas es espeluznante, sin revisar todavía el efecto en la balanza comercial de lo anterior, seguramente, se tornará escandaloso para cualquier economista sensato, aunque escasos certeros.
Creaste guardias sociales para vigilar a los vecinos al estilo cubano, confrontando cada día mas a la de por si dividida sociedad venezolana, y por todo eso, te sorprende que califiquen al gobierno que encabezas de opresor.
Vaya, vaya, ni el matrimonio te asentó la neurona. Hoy cuando menos no platicas con el pajarillo que envía Hugo para dirigirte, sino con tu esposa, mujer sensata.
Sin embargo, no cala en tu visión surrealista los sucesos de alrededor.
Tu acusación número millón, a los Estados Unidos, no sorprende. Si llama mucho la atención que detrás del ataque al imperialismo yanqui, se encuentra una mano a la que le urge estrechar a la del presidente Barack Obama.
Le apremia a tu gobierno represor, ser reconocido por la Casa Blanca, encontrar vías comerciales para mejorar la economía venezolana en aras de eludir un probable conflicto social. El ejemplo lo tienes al lado. Brasil no la tiene fácil. Seguro estás asustado, preocupado. La contaminación social es imparable, vuela más rápido que pólvora encendida por las redes sociales.
Que alivio sería ser aliado estratégico, en la región, de los Estados Unidos bajo éstas circunstancias. Legitiman y apoyan económicamente. Sacan al buey de la barranca. ¿O no?…