Graves declaraciones del ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz de Venezuela, en contra, de los ex presidentes de Colombia, Álvaro Uribe y el de Honduras Roberto Micheletti. Los acusa de planear al asesinato del presidente, espurio, Nicolás Maduro. La ONU pone el grito en el cielo por la iniciativa que regularía el comercio estatal de la marihuana en Uruguay. ¿Por qué no contravino el uso y producción de la misma en varios estados de la Unión Americana?
De acuerdo al ministro de Relaciones Interiores, Miguel Rodríguez el magnicidio se llevaría a cabo el pasado 24 de julio, durante los festejos del natalicio del libertador Simon Bolívar. Durante ese día el presidente esta expuesto al público como en ningún otro.
El ministro Rodríguez además a acusar a Álvaro Uribe y a Roberto Micheletti, también, incluyó en el complot al candidato a la presidencia de la oposición Henrique Capriles, igual señaló al ex alcalde metropolitano Alfredo Peña, el actor Orlando Urdaneta, el empresario Robert Alonso entre otros. Sobre éstos último afirma que son los autores de lo planes conspirativos de los últimos años.
Según Rodríguez las reuniones de conjura que se realizaron en Miami, Bogota y Panamá, también contemplaban los asesinatos de Diosdado Cabello, presidente de La Asamblea Nacional, y los principales líderes de la Revolución Bolivariana.
Que Nicolás Maduro arremeta con generalidades contra del Imperialismo Yanqui, es una cosa, la otra, gravísima, es acusar sin sustento. Sin duda, las declaraciones que hizo el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz durante la entrevista, en el programa Cruce de Palabras de Telesur, causará polémica, alentará una tempestad política, un alud de enérgicas protestas y, probables demandas de los personajes señalados, por agravio.
La ONU pone el grito en el cielo por la iniciativa que regularía el comercio estatal de la marihuana en Uruguay.
El Buró Internacional para el Control Narcóticos, con sede en Viena, Austria, adscrito a la Organización de las Naciones Unidas censuró enérgicamente al estado uruguayo por su intención de comerciar marihuana de forma legal.
Uruguay en la Convención de 1961 sobre el tema, se adhirió al tratado internacional que prohíbe el consumo de la marihuana, excepto cuando se aplique a casos médicos.
Desoyendo a la ONU, la Cámara de Diputados aprobó la ley para regular el consumo, la producción y la venta de marihuana. El Estado monopolizará el negocio, se permitirá el autocultivo, y los usuarios podrán comprar el producto para uso propio en farmacias.
Aunque todavía falta la aprobación de senado uruguayo, todo apunta a que
Uruguay sea el primer país, Latinoamericano, en abandonar la política de prohibición total de las drogas.
El estado uruguayo como productor y regulador, se beneficiará de los ingresos fiscales, gastará menos en vigilancia policiaca, frenará la corrupción, probablemente, disminuirá la delincuencia y el consumo de otras drogas.