La detención del líder de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badía, por incitación a la violencia y la muerte de manifestantes, palidece la cruel realidad de las atrocidades cometidas, por ellos, en contra de cristianos. Cuando menos 50 iglesias han sido quemadas, sin descontar los asaltos a instituciones ortodoxas, católicas y protestantes, monasterios, escuelas y tiendas desde Suez a Minya, de Assuit a Sohag.
¡No al terrorismo! Es el lema con el cual el obispo de Giza, Anotonius Azis Muna, convoca a los cristianos y católicos en Egipto para hacer un frente común en contra de los ataques de los Hermanos Musulmanes, asociados con los grupos terroristas Al Qaeda y el palestino Hamás.
El jerarca de la Iglesia Católica, en entrevista en Radio Vaticano, comentó que los Hermanas Musulmanes al atacar a las iglesias intentan poner en conflicto a los cristianos en contra del gobierno interino para expandir la violencia en el país.
Según el obispo de Giza, los cristianos saben que “hay que pagar un precio para aislar a estas facciones”. La gran presencia cristiana es compacta, conciente de que no cuenta con la fuerza ni experiencia política, aunque si, con la férrea voluntad de no sucumbir a las trampas del Islam.
Mahmud Ezat, tras la detención de Badia, es nombrado nuevo guía espiritual de los Hermanos Musulmanes. El nombramiento provisional, incluye a la llamada Alianza para la Defensa de la Legitimidad la cual incita el boicot a los productos de aquellos países y empresas que apoyan el golpe militar, o a la detención del ex presidente Mohammed Mursi.
Para agravar todavía mas la situación de violencia e incertidumbre en Egipto el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acusó a Israel como la instigadora del golpe de Estado en Egipto.
Según Erdogan hay documentos que demuestran la ingerencia de Israel, aunque en su comparecencia no los presentó como evidencia. La acusación es ignorada por las autoridades Israelíes sin cederle un ápice de verdad.
Para terminar de enrarecer el aire saturado en Egipto, el Gobierno de Benjamín Netanyahu apoya al gobierno interino de Abdel Fatah al Sisi. Considera que no existe otra manera, excepto, la militar para controlar el desbordamiento del Islam.
La posición del primer ministro de Israel, aunque no la considera la idónea, sí refleja la necesidad de avalar a Egipto como guardián de los tratados de Campo David, que aseguran la seguridad del sur de Israel.
Los próximos días serán claves para la posible solución del conflicto. La comunidad occidental en alerta. La escalda de no resolverse, representa altos costos para la paz en la región.