Cicuta
Jaime Flores Martínez
Viernes 23 de septiembre de 2022.- Agazapado en algún rincón de cualquier ratonera, el fiel escudero José Gabriel Sánchez Farfán ha dedicado estas últimas 2 semanas a lamerse las heridas.
Si acaso alguien olvida quien es José Gabriel Sánchez Farfán, es el joven que el sábado 27 de noviembre fue detenido por policías estatales, pues su camioneta Jeep Cherokee roja utilizaba luces estroboscópicas como las unidades policiacas.
Los policías localizaron casi 300 mil pesos en efectivo dentro del vehículo y Sánchez Farfán no pudo explicar el origen del dinero.
El muchacho se identificó como secretario particular del entonces secretario general de gobierno de Tijuana Jorge Salazar Miramontes.
En las horas siguientes al arresto el escándalo estalló, aunque rápidamente se apagó.
Salazar Miramontes reconoció que Sánchez Farfán trabajaba para él, y la alcaldesa Monserrat Caballero minimizó el escándalo.
Simplemente dijo que el muchacho le “puso unas lucecitas a su carro”.
Del dinero no se dijo nada.
El 6 de diciembre el escribiente se refirió a este asunto y se subrayó que Sánchez Farfán era el “lugarteniente” de Salazar Miramontes.
Todos los “encargos” y las “recolecciones” de dinero las hacia Sánchez Farfán, quien se ganó la confianza de su jefe desde que ambos laboraban en el Congreso del Estado.
De manera sorpresiva, el pasado 25 de agosto Salazar Miramontes presentó su renuncia “irrevocable y por motivos personales”, aunque —en ese momento— nadie se detuvo a recordar el tema del “lugarteniente”.
Cicuta conoció que al saber que su jefe renunciaría, el joven Sánchez Farfán se apuró a cobrar “cuotas” que debía cobrar el día último de agosto.
Al menos dos personajes que ignoraban la salida de Salazar cayeron en la trampa, aunque uno de ellos se consuela al decir que “le dio menos”.
La pregunta sería: ¿acaso Sánchez Farfán le entregó la cobranza a Salazar?
Naaaa…
Ah
Por cierto, hasta hoy no ha trascendido que la detención de Sánchez Farfán (en noviembre pasado) tuvo lugar a unas cuantas cuadras de la residencia en ciernes de Salazar.
Alguien enterado de este detalle supone que Sánchez Farfán pudo ir a la casa en construcción que se encuentra por los rumbos de La Mesa de Tijuana.
Ese “alguien” también supone que ese día debió pagarles en efectivo su salario semanal a los albañiles.
Bujanda
Por cierto, dicen que Salazar Miramontes anda harto resentido con la alcaldesa Monserrat Caballero.
Tan enojado está con la alcaldesa que “filtró” el sitio donde ahora pernocta y se encarga de subrayar a quien pertenece el edificio donde ahora vive.
A Cicuta le llegó la versión completa.
Positivo
Qué bueno que el gobierno federal decidió ampliar el plazo para regularizar vehículos extranjeros, también llamados “chocolates”.
Muchos propietarios de estos autos imploraban por un periodo más amplio que les permitiera reunir el costo de la regularización.
Aunque alguien diga que el costo es muy bajo, hay quien batalla mucho para reunir poco.
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