RELATO
10:10 p.m. “Había una vez un basquetbolista, al que nadie quería ¡porque era negro! Y un día, después de años de haber sufrido mucho, ¡se mató, con su propio helicóptero! El mundo hipócrita, léase blancos y demás, le lloraron… Más Koved-24 les tenía preparado una sorpresa. En su último viaje a China había dejado un regalito, un virus que él mismo había creado ¡en su propio laboratorio!
Aquel negrito, llamado también “Lake”, era muy inteligente, Y, muerto ya, el mundo nunca imaginó la magnitud de su venganza: su virus, de manera irónica, llevaría un nombre que sonaría muy similar al suyo: Covid.
Solamente que éste, en vez del número 24 de su camiseta, llevaría el 19, por eso de que era el año en el que había surgido en un lugar llamado “Lun-Kun_Kan”. (No; no Ku-Kux-Klan, sino que Lun-Kun-Kan, ¿o era Lung Wan?).
Koved-24 se encontraba en la cabina de su helicóptero, en compañía de su hijita, también negrita. Mirandola, de manera disimulada, el negrito basquetbolista le había dicho, aunque solo en su mente: “Hijita, he decidido que mueras junto a mí, que soy tu padre, ¡para que nadie en el mundo te odie como a mí!
Y, pensado y dicho esto, Koved-24 accionó el botón que en ese mismo instante hizo estallar a su helicóptero. Pero antes, mirando allá a lo lejos, los edificios de
Los Ángeles, él había exclamado con total malicia: “¡QUE TODO EL MUNDO SE MUERA DE KOVED-24!”
Y esta es la historia verdadera de la pandemia actual.
Un negro, al que todo el mundo despreciaba, lo creó. Su venganza ahora rendía un fruto grandísimo. ¡Koved-24 jamás sería olvidado; ni él ni su color de piel!”
The End
Anthony Smart
Mayo/25/2020
10:25 p.m. Monday