Epistolario
Por Armando Rojas Arévalo
ROSENDA: Cuando alguien no se conduele y se burla del dolor humano; cuando abusa o cuando se carcajea de la buena fe de las personas; cuando nos cree pendejos (perdón) y nos lo demuestra con sus acciones, es un cínico. Odioso, cree que lo puede seguir siendo toda la vida, sin reparar en que todo tiene un límite.
La palabra «cínico» viene del griego antiguo kynikos, que significa «como un perro». Una corriente de la Filosofía nos dice que pensadores cínicos como Antístenes o Diógenes creían que, para vivir de manera honesta y coherente, había que renunciar a las convenciones sociales. La fama, el estatus, la riqueza o los buenos modales eran fuerzas corruptoras que lo alejaban a uno de la virtud, de las esencias más auténticas de la vida. De ahí que estos filósofos vivieran voluntariamente en la pobreza y se pasaran el día refunfuñando contra las debilidades de sus congéneres. Protestando desde su indigencia, comiéndose los restos de los banquetes, gruñendo y hasta ladrando como perros.
Era, claro, una corriente filosófica.
Hay otra, realista: Una persona cínica es la que actúa o que habla con falsedad, pero que lo hace de un modo descarado, desvergonzado. Es decir, un cínico es aquel que habla de algo a sabiendas de que no es cierto, o que hace algo a sabiendas de que no es lo correcto, sin que ello le represente ningún tipo de sufrimiento moral, dado que posee una visión desconsolada y pesimista de la sociedad humana.
Sobre esto, a modo de ejemplo, pensemos en un político que, en una entrevista en televisión nacional, defiende la necesidad de procedimientos legales justos y transparentes, y lo hace con una sonrisa: se ríe porque sabe que él mismo está involucrado en procedimientos legales injustos y corruptos, pero aun así dice lo que dice. Semejante actitud de desfachatez, de impudicia o desvergüenza, es a lo que normalmente llamamos actitud cínica.
El cinismo es catalogado como una forma de egocentrismo y asociado a una mirada pesimista de la naturaleza humana. Contrario a los filósofos griegos (el propósito de la vida es vivir en virtud, de acuerdo con la naturaleza. Como criaturas racionales, las personas pueden obtener la felicidad mediante un entrenamiento riguroso y viviendo de una manera que les sea natural, rechazando todos los deseos convencionales de riqueza, poder y fama, e incluso burlándose de las convenciones abierta y burlonamente en público. En cambio, debían llevar una vida sencilla libre de todas las posesiones, según Diógenes), los cínicos no son sinceros ni son tan frugales como un ermitaño anarquista, siguen mostrando desprecio por una buena parte de la sociedad. El cínico ve en todo un fin práctico, utilitario. La moral y otras zarandajas son solo un disfraz para engañar a los ingenuos.
Lo que ahora estamos viendo –y sufriendo- en México, deja muy, pero muy atrás a que para ser cínico hay que ser un desvergonzado.
Los niveles de cinismo son incalificables. Mi pregunta es:Todos los tiranos son cínicos o deben ser cínicos?
• El presidente se encanijó y pasándose por todos lados la ley y el daño irreversible que la obra causará a la ecología y al medio ambiente, decretó que el tren maya es de seguridad nacional. Así no habrá amparo ni norma legal que le impida a continuar los trabajos de construcción de ese capricho. ¡P…seudo ambientalistas, tengan para que aprendan!
• ADAN -no el personaje bíblico, por supuesto- dice: Si me corre el INE, no importa, al cabo ya lo van a desaparecer los diputados. ¿Qué es?
• CLAUDIA, a la que la voracidad y la ambición por ser presidenta le brota por los poros, hace grandes jolgorios en el zócalo en busca de rating, valiéndole madre la pandemia. ¿Qué es esto? ¿Cinismo? ¿Indiferencia al dolor y sufrimiento humanos por el contagio? ¿Ingenuidad? ¿Valemadrismo?
• La violencia, para abajo, dice la secretaría de seguridad. ¡Por Dios! ¿Y las balaceras, y las masacres?
• PÍO dice que el haber recibido un sobre con dinero no fue delito alguno. “Fue una falta –el dinero sirvió para gasolina en la campaña-, pero no un delito”
• El presidente se lanzó en su “mañanera” en contra de su “cliente” habitual, el periodista CARLOS LORET DE MOLA, por haber publicado una foto donde se muestra a un funcionario de la 4T haciendo o pretendiendo hacer compras en la lujosa tienda Neinman Marcus, en su visita a Washington.
En su habitual conferencia matutina desde Palacio Nacional, el presidente calificó como falso que el titular del Instituto Nacional de Migración, FRANCISCO GARDUÑO, haya comprado ropa o algún artículo en la tienda Neiman Marcus.
Pero, a ver, elogia, alienta y aplaude a regímenes totalitarios como Cuba, Nicaragua o Venezuela, pero, al menos, su hijo mayor vive en Estados Unidos y su primogénito vio la luz en un hospital de lujo de Texas. ¿Qué es eso?
armandorojasarevalo@gmail.com
rojas.a.armando@hotmail.com