Claudia Rodríguez
Las réplicas hasta en las ligas menores
Los datos de prueba que se abonan para fortalecer las acusaciones en contra de Rosario Robles, ex titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) en la pasada Administración, van esclareciendo el panorama sobre el terreno judicial en el que está parada hoy Robles; pero a la vez se plantea la duda, si será la única pagana de los multimillonarios desvíos al erario que se realizaron durante el mandato de Enrique Peña Nieto.
Sólo revisar las observaciones que en el continuo presenta la Auditoría Superior de la Federación (ASF), es fácil percatarse que hay cientos de responsables.
Sólo como muestra del juego de la corrupción, está la impunidad de funcionarios que jugaron en ligas menores, pero que eso sí, se sirvieron con el cucharón grande. Ahí tiene usted, amable lector, el caso de Alfredo Castillo, quien al frente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), habría de responder a las observaciones que la ASF realizó a los ejercicios de 2015 y 2016 por casi 2 mil millones de pesos. Pero Castillo ni se inmuto y todo indica que manto protector desde Presidencia operó.
Los poderosos primos de Castillo
Castillo, fue uno de los hombres de Peña Nieto, que aplicó el fraude en el manejo de recursos, amparado por los funcionarios que igual le entraron al “moche” a lo grande, a través de saquear las arcas del dinero público destinado a sus dependencias.
El señor Castillo, al frente de la Conade, no sólo fue cuestionado por los pobres resultados deportivos de la delegación mexicana en diferentes competencias internacionales, también se distinguió por sus trapacerías en contra de las federaciones deportivas, mismas que acusaban no recibir ni un peso para el desarrollo y participación competitiva de sus atletas. Fue claro que Castillo contó con “cobertura de protección” de alto nivel; sus primos Humberto Castillejos Cervantes y Raúl Cervantes Andrade, uno al frente de la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República hasta junio de 2017 y el otro procurador general de la República, con serias aspiraciones a la Fiscalía General, no permitieron que cualquier observación de mal manejo de los recursos a cargo de su Alfredo, prosperara.
La última y se fue
El último regalito al deshonor nacional a cargo de Castillo al frente de la Conade ya en noviembre de 2018, fue ubicarnos a los mexicanos en el centro del huracán de la corrupción a nivel internacional; luego de que se gestionaron ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), fondos por casi 400 mil pesos para organizar los foros “Promoción de la Salud a través del Juego Limpio sin Dopaje: Simposios Regionales Antidopaje”, que debieron iniciarse en el 2017, y los cuales, nunca se realizaron, anteponiendo para ello diversas excusas, hasta de veda electoral.
La organización internacional solicitó el rembolso del dinero entregado a la Conade y anexó una copia del pedimento a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de Luis Videgaray, pero Castillo se fue sin pagar, ni dar la cara.
Lo que pasó en la Conade, es sólo la muestra de cómo se hacían los negocios en el sexenio de Peña. De esas historias hay cientos y defraudaciones miles o millones.
Así que enfocarse sólo contra Robles, no abona a la credibilidad de que se barrerá la escalera de arriba hacia abajo en temas de corrupción, ya que la insignia de la misma, hasta banda presidencial portaba.
Acta Divina… Combatiremos la corrupción como se barren las escaleras: de arriba hacia abajo; señala el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Para advertir… la fe de Robles, que ante la red de corrupción que ella ayudó a tejer, sería intocable.
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