* Parece que los 60 millones de pesos que, se dice, fueron el precio por arrendarle las siglas del Partido del Trabajo al Grupo Universidad, de nada sirvieron para lograr reposicionarlo en el Estado, de las 14 alcaldías ganadas por el PT, en solo cuatro de las más pequeñas, triunfaron candidatos afines a los Sosa Castelán. Ahora, buscando hacer otra vez negocio con la mafia universitaria, los líderes de este partido mercenario, ya le ofrecen afiliarse a Gerardo Sosa, ahora que un juez lo liberó del arraigo domiciliario, pero sin declararlo inocente
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Tras los conteos distritales, el balance final para el Grupo Universidad en Hidalgo es de francos números rojos pues si nos remitimos a las 14 alcaldías ganadas por estas siglas, no todo es jauja para los Sosa Castelán pues esta mafia apenas y logro colocar a cuatro de sus personeros en municipios cuyas poblaciones oscilan entre los 14 y 30 mil habitantes. Las otras diez presidencias municipales fueron, sobre todo, triunfos de ex morenistas sin nexos ni compromisos con los capos universitarios.
Sus saldos negativos son de tal magnitud que no tendrán un solo diputado local y federal, y uno de los arrendadores de las siglas del PT que se calcula le costó un desembolso de 60 millones de pesos a la Sosa Nostra, Damián Sosa, quedó muy relegado a un tercer lugar en sus aspiraciones para ser senador de la República.
¿Cuáles son los ayuntamientos donde el Grupo Universidad ganó realmente?
Veamos: Atlapexco, donde su candidato, Juan de Dios Nochebuena Hernández, íntimo amigo de Damián Sosa, ganó de forma apretada por 4 mil 314 votos, el 38,5 de los sufragios, contra Morena que alcanzó el 38,1 y 4 mil 279 votos, menos de cien votos de diferencia a pesar de los recursos y apoyos económicos del Grupo Universidad, en una población eminentemente indígena que no acaba de convencerlos Nochebuena.
Otro de los municipios donde la Sosa Nostra consiguió otra pírrica victoria fue en Atotonilco el Grande, donde la ex priísta, Elba Leticia Chapa Guerrero, mejor conocida como Lety Chapa, licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), tuvo el apoyo de la Sosa Nostra para lanzarse.
Ganó con el 51,9 de los votos, 7 mil 300 sufragios, contra 5 mil 73 votos de Morena que alcanzó el 33,98 de las preferencias. A pesar de haber sido diputada local y alcaldesa de ese ayuntamiento, Lety Chapa cuidará más su capital político y se ve difícil que jure lealtad a ciegas a la Sosa Nostra.
Atotonilco es también un municipio con alta concentración de poblacional de pueblo originarios.
En Mixquihuala, la huella del Grupo Universidad dejó su rastro desde hace varios meses, cuando su incondicional de la Sosa Castelán, Miguel Ángel Peña Flores, se colgó de las Brigadas de Salud de estudiantes de Medicina de la UAEH, enviadas en aparente auxilio de la población.
Testigos de la burda estratagema para posicionar a Peña, fueron los propios pasantes que exhibieron en cartulinas su rechazo a ser utilizados como parte de una promoción política con la que no comulgaban. Peña Flores dijo a la población que estas brigadas eran logradas por la gestión del PT, lo cual además de ser mentira, ocultaba la perversa manipulación de la Sosa Nostra a los alumnos de Medicina.
Peña ganó por el PT con 6 mil 123 votos, con el 26 por ciento de las preferencias contra Morena que sumó 3 mil 287 votos, o sea el 13 por ciento de la votación.
El bajo nivel de participación se debió precisamente a la torcida propaganda política del empleado de la Sosa Nostra.
Progreso de Obregón fue otro de los pequeños municipios donde Lorena Estrada Flores, ligada directamente a Damián Sosa, ganó por el PT con 5 mil 732 votos, el 47,3 por ciento, contra Morena que alcanzó 2 mil 465 votos, con el 20,37 de los sufragios.
De todo lo anterior es fácil deducir que el proyecto del Grupo Universidad para utilizar al PT como punta de lanza electoral para reposicionarse políticamente en el Estado, fue un completo fracaso y sus 60 millones de pesos, dinero tirado a la basura, cuando bien pudo emplearse en apoyos académicos a los alumnos de la UAEH.
Ahora que un juez determinó quitar el arraigo domiciliario a Gerardo Sosa y liberarlo del brazalete de localización, la dirigencia del PT le ofrece sumarse a sus filas, a sabiendas de que el derecho de admisión le reportara a sus líderes locales y nacionales otra jugosa aportación, quizá de otros 60 millones.
A fin de cuentas, estos mercenarios de la política ven a los Sosa Castelán como excelentes clientes, los magros resultados en las urnas es lo que menos importa porque en el PT, negocios son negocios.