Claudia Rodríguez
Cuando Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, retuitea a primeras horas de esta mañana, la información respecto a que México es el país con mayor número de asesinatos después de Siria, tal acto tiene muchas lecturas, desde que de verdad Trump no quiere nada con México, ni que tenga marca mexicana, pero también aterriza la realidad de nuestro país.
Ya nadie puede negar que estamos viviendo un verdadero desorden nacional en donde los gobiernos presumen una y varias tareas realizadas, en proceso y por hacer, pero que al final poco o nada reditúan en el bienestar de los mexicanos, más bien parece que damos un paso adelante y 10 hacia atrás con cada estrategia puesta en marcha por los gobiernos de México.
Aunque se diga que estamos en el camino del desarrollo –cualquier cosa positiva que con esto se intenta decir–, cuando la realidad actual nos golpea con situaciones como el desempleo para los mexicanos con mayor nivel de estudio y el que de la Población Económicamente Activa (PEA), el 56 por ciento se encuentra en el mercado informal, lo que explica en mucho las ganancias exorbitantes para la banca en México que hoy en día viven de las deudas de créditos de sus clientes, así como los leoninos intereses de sus préstamos; no hay discurso sobre la tarea bien hecha de la actual Administración, que aguante la realidad del día a día.
De los mexicanos que viven en pobreza extrema, aunque en tiempos electorales son materia silenciosa, la verdad es que todo lo que a ellos les aqueja es un sin número de carencias y falta de oportunidades, y es a ellos mismos a quien les pega de manera frontal una inflación de casi el 6% mensual y anualizada, a la que los priistas de hoy nos dijeron jamás llegaríamos.
La violencia y la inseguridad que no sólo son cifras sino realidades tangibles y cuantificables que irrumpen en la sociedad a cada hora, se intenta frenar con un sistema penal acusatorio que se dobla justo en el principio del proceso que inicia en los Ministerios Públicos y en la declaración de los policías.
También, cuando escuchamos a nuestros candidatos a gobernantes insultarse entre sí, entendemos que este país no está camino al desarrollo, sino en retroceso total, porque el poder se quiere para unos cuantos, no para todos.
Es este el México al que Donald Trump le da la vuelta, lo quiere muy lejos y que otros tantos mexicanos quisiéramos no existiera, pero también deberíamos exigir.
Acta Divina… “Indicadores económicos demuestran que México va por buen camino”: Enrique Peña Nieto, presidente de México.
Para advertir… La realidad desmiente a los indicadores gubernamentales.
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