Yo Campesino / ¿Quién pagará?
- Deuda pública se volvió impagable, sigue creciendo; se hipotecó al país
Miguel A. Rocha Valencia
México está sometido; la muestra palpable de ello es que todos los días nos hablan de soberanía, pero se hace todo lo que nos ordenan del otro lado de la frontera por razones políticas, económicas y de seguridad.
Las protestas mañaneras sólo son de dientes para afuera. pero todos sabemos que la 4T hace lo que se le ordena desde Washington sin espacio para pataleo; nunca como hoy, el sometimiento de México al imperialismo fue tan notorio. Ni siquiera en la etapa neoliberal y de funcionarios con maestrías y doctorados en universidades de EU, fue tan señalado la pérdida de soberanía.
Los motivos son los que ya sabemos, especialmente la dependencia económica pues de allá nos llega el 39 por ciento de la Inversión Extranjera Directa y con entes de origen estadunidense se concentra más del 37 por ciento de nuestra deuda externa que rebasa los 17 billones 700 mil millones de pesos, aunque el débito bruto (incluye Pemex), sobrepasa los 18 billones de pesos que nadie piensa en poder pagar.
Lo anterior es un claro motivo de dependencia, independientemente de que “nuestro” sector exportador tiene un alto contenido estadunidense incluso en el tema de agroindustrias y por ello, nadie en la actual administración considera pagable la deuda pública, aunque se pretende no aumentarla más mediante disminución paulatina del déficit público a través de recortes al gasto que pegan especialmente en inversión, salud, educación y medio ambiente.
Además, las acciones del gobierno trumpista contra los migrantes, causan que las remesas enviadas a México continúen cayendo; para junio la baja fue del 16.2 por ciento con cinco mil 201 millones de dólares, con lo que al primer semestre la suma total fue de 29 mil 500 millones de dólares que significó una baja del 5.6 por ciento.
Es de mencionarse que de acuerdo con el Transactional Track Record (plataforma que proporciona datos e inteligencia sobre fusiones y adquisiciones, capital privado, capital de riesgo, mercado de capitales e información corporativa o TTR) luego del fraude de reforma y elección del poder Judicial, en México se acentuó la pérdida de atractivo frente a sus competidores regionales en el tema de fusiones y adquisiciones empresariales, ya que en Latinoamérica se registró un aumento del siete por ciento y en México los números fueron negativos.
Así, el número de transacciones en México cayó a 121 y su valor descendió, lo cual indica claramente la caíde del interés por invertir en México y su valor descendió 23%, según datos de TTR, señal contundente de que el apetito inversor por la región sigue intacto, pero México está dejando de ser el único destino.
Si a ello se agrega que la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) reportó una caída de cerca del 25% en la inversión pública que provoca efectos en cascada, se afecta el empleo formal, reduce la confianza de los inversionistas privados y debilita las cadenas de suministro.
Por ello se explica que General Motors y Nissan cambien sus planes de operaciones o cerrar algunas plantas ante los embates arancelarios internacionales y la falta de condiciones adecuadas para contrarrestar su efecto en México.
La falta de inversión en nuevas obras en electricidad, agua, transporte y telecomunicaciones no envía un mensaje invitando a la iniciativa privada que por su parte sólo dice que sí a ofrecimientos de inversión hasta por 300 mil millones de dólares, pero no aflojan ni un peso.
Por eso es importante dejar claro que frente a las cifras del Inegi que hablan de una disminución en la pobreza y aumento de los ingresos, no se debe olvidar que se integran las dádivas del gobierno, pero no se debe a un incremento en la productividad, amén de establecerse la subida de la informalidad y la pérdida de decenas de empresas y sus empleos.
Todo esto marca un panorama poco atractivo incluso para empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores y otras que de plano decidieron emigrar como sucede con Iberdrola que vendió sus 15 plantas generadoras de energía; antes lo hizo IENova.
Para Signum Research, en México existe un ambiente de incertidumbre debido a la percepción de fragilidad en el estado de derecho que ahuyenta a las empresas de la BMV. “el ambiente de incertidumbre legal, política y regulatoria provoca que haya una “pobre demanda” por instrumentos riesgosos como acciones, lo que a su vez contribuye a que las valuaciones sean bajas”. Desde 2017 no ha entrado ninguna empresa a la BMV.
De ahí que los dineros sean cada vez más escasos y menores las inversiones; hay proyectos, pero no dinero, salvo para comprar el agradecimiento popular, pero se sostiene con deuda y el respaldo a Pemex, aunque no se quiera reconocer se hace con dinero fiscal ya que será Hacienda la responsable de amortizar préstamo e intereses de los 12 mil millones de dólares para ayudar a la petrolera a pagar las obligaciones más cercanas.
Más deuda y dinero regalado, menos inversión y las presiones de Estados Unidos con sus aranceles tiene al gobierno cuatrotero bocabajeado. Lo de seguridad nos dará alguna sorpresa en menos de 90 días; por lo pronto la salida del rábano Pablo Gómez de la UIF, resultó una ¿coincidencia? Luego de la plática de la president(a) con Trump.
Se aprietan las tuercas, pero somos soberanos…