Nadie se explica por qué el presidente del Tribunal Superior de Justicia del DF –impuesto para no sé qué finalidades por Marcelo Ebrard y destinado a cumplir cerca de diez años con sus primeras “reelecciones”–, aprovecha cuanta ocasión se le presenta para fustigar a cualquier empleado, acusado de uso indebido de facultades, para pontificar sobre el supuesto reinado de la ética en el Poder Judicial capitalino.
Dicen algunos que la “tirada” de Edgar Elías Azar es llegar a presidir la Suprema Corta ¿de Justicia? Y merecimientos no le faltan, porque como secretario de Finanzas del gobierno de Guerrero durante la administración de José Francisco Ruiz Massieu mostró sus verdaderos alcances, cuando se despachó con la cuchara grande, aprovechándose de la debilidad de Carlos Salinas por complacer los caprichos de Diego Fernández de Cevallos.
En ese entonces, para pagar algunos servicios del litigante panista ,Salinas instruyó al gobernador Ruiz Massieu disponer todas las argucias legaloides para que costosísimos fraccionamientos playeros de la zona de Acapulco Diamante, “el primer mundo” de ese puerto, fueran regalados –sí,así como usted lo lee– al “amigo” Diego. Así, si había algún pelito en la sopa, ahí estaba el abogado Manuel Velázquez Carmona para retirarlo del plato.
Pero la operación de donación del patrimonio federal, estatal y aún municipal, quedó a cargo del obediente secretario de Finanzas Edgar Elías Azar y éste la ejecutó como se debe, con impudicia total, desde luego, ¡ejem!, observando los detalles y apartando los remanentes.
Así es que ¿de dónde viene toda esa parafernalia de la lucha del magistrado presidente contra la corrupción y los seminarios y foros que sufraga con nuestros impuestos para darle vuelo publico a todas sus zarandajas de supuesta redención moral y pureza judicial?
¿Es sólo una estrategia de campaña para arribar en la Corta ¿de Justicia?
Chi lo sá…
OTRA MÁS DE MONDRAGÓN
Irritados decenas de vecinos de la capitalina colonia Del Valle, pues no pueden transitar, estacionarse o caminar libremente, ni hacer su vida tranquila como antes por las vías públicas. Y protestan en varios tonos por lo que consideran” abuso de ex poder”.
Y es que desde que Manuel Mondragón y Kalb “tomó la decisión de abandonar la secretaría de Gobernación” –como él dice–, los enormes edificios de su propiedad, ubicados en la esquina del corazón de esa colonia, Torres Adalid y Gabriel Mancera (construidos con el sudor y el esfuerzo de una vida dedicada a la enseñanza del tae kwon do y al apostolado del Pentatlón) en sociedad con el arquitecto Jorge Jiménez Campos, son resguardados con fiereza y prepotencia por elementos del ejército que portan brazaletes de “Protección Federal”, uniforme azul, gorra militar y cara de pocos amigos que impiden con groserías y empujones, como cercando un bunker, que alguien se acerque, ni siquiera a la tienda de conveniencia que queda enfrente.
Este abuso es solo una pequeña muestra de lo que varios compañeros periodistas reseñaron cuando Mondragón fue despedido por abuso de poder y por incapacidad senil: sus allegados, familiares y amigos conducían decenas de autos con placas de la Policía Federal y eran–¿o son?– acompañados día y noche por escoltas militares, en varios turnos, a costa de nuestros impuestos.
Ya basta de ridículos, ¿no?
Mondragón nunca en su vida pudo demostrar que era medico, ni doctor, ni almirante, ni militar, ni sabia un quinto de seguridad nacional. De lo que sí hay constancia es que sólo es un masajista deportivo engañabobos.
Y ahora, como el Cid, pero al revés: sigue perdiendo batallas después de muerto.
¿Podrán recuperar sus calles los vecinos de la colonia Del Valle?
¿Quién sigue protegiendo a Mondragón?
Índice Flamígero: Muchas veces, sólo por cruzar el límite geográfico del DF con el estado de México, en el municipio de Naucalpan, Telcel de Carlos Slim cobraba roaming. Sólo por eso, por tener el teléfono en una zona celular distinta, cobraba 3 mil millones de pesos anuales, según datos del IFT. Eso nos ahorraremos los consumidores de su servicio. + + + Descanso pascual: nos reencontraremos aquí, con su venia, el lunes 5 de mayo que, ¡vaya suerte la mía!, “es puente”. Feliz descanso.