La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Están hechos a imagen de su vulgaridad y semejanza de su ambición
Es de fama pública, que Epigmenio Ibarra, es un hombre con gran cercanía al presidente López Obrador, además, uno de los manantiales ideológicos de la 4T, interpreta el ideario del tabasqueño y tira línea a través de sus espacios en medios y redes sociales.
En este contexto, vale la pena citar, a propósito de los suspirantes a un puesto de elección popular, parte de lo que dijo don Epi en su columna de los miércoles:
“El contacto directo con el pueblo deberá prevalecer sobre el espectáculo. Ni a las y los muertos que lucharon por la democracia, ni a las y los vivos que luchan por la transformación del país, pueden fallarles”.
Justamente, el delegado de Bienestar en Veracruz, Manuel Huerta, comentaba lo siguiente: “Yo veo como algunos empiezan a pensar que la gente los va a reconocer como los meros, meros, porque pintarrajean una pared con su nombre, porque ponen un espectacular, no le hacen caso ni a su partido, ni a su presidente, el movimiento dijo hay que trabajar”.
Huerta agrega, en su disertación, que el verdadero espíritu del movimiento es la cercanía, el diálogo con el pueblo y subraya con ironía, ni modo que la gente vaya a intercambiar ideas con la foto del espectacular, personaje al que seguramente ni conocen.
Ese es el grave escollo en el futuro de MORENA, la prevalencia de ‘vulgares ambiciosos’ (YSQ dixit), que no practican la esencia del ser y estar de izquierda, por el contrario, han hecho de la imagen, los medios y las redes, un tótem.
Por cierto, a los que tienen vocación de ídolo, habrá que recordarles esto: “Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen”; es el Salmo 115:4-5, escrito hace cientos de años, es lo malo de no leer.