En las próximas elecciones, candidatos y candidatas se enfrentarán a un desafío crucial: captar la atención de una ciudadanía saturada de mensajes publicitarios y cansada de la política tradicional. Además, deben responder a dos problemáticas que cada día generan más preocupación: la inseguridad y la corrupción.
El escepticismo es cada vez mayor, ya que los votantes han experimentado repetidamente promesas de campaña incumplidas y manifiestan su descontento tanto en la calle, como en las redes.
Para destacar y ganar posicionamiento, los aspirantes deberán comprender y abordar las necesidades más urgentes y aprovechar las redes sociales para dar respuestas.
Una estrategia de comunicación electoral debe incorporar el uso de plataformas digitales. Las redes ofrecen la oportunidad de comunicarse directamente con el electorado, enviando mensajes personalizados y estableciendo canales bidireccionales para escuchar las demandas y preocupaciones.
Una campaña abierta y basada en el diálogo es crucial en el contexto electoral actual, donde la ciudadanía anhela transparencia en la gestión gubernamental y busca combatir la corrupción.
En un clima social donde la corrupción ha generado desconfianza, una campaña abierta se convierte en un vehículo esencial para reconstruir la conexión entre los líderes políticos y la ciudadanía. Una campaña directa, con respuestas digitales, diálogo constante, será primordial para sobresalir y ganar la confianza del electorado.