Mauricio Carrera
Soy un escéptico, un no creyente de misticismos incorporados a la modernidad. Justifico así mi ausencia de fe en religiones y esoterismos. Soy espiritual, eso sí. Miro tanto a la multiplicada hormiga como a la imposibilidad de las estrellas.
Me maravilla y asusta el cosmos, la real e ilusoria vida. Me hago preguntas que exploran el alma, araño misterios. Me entusiasma lo sublime, se me enchina la piel ante ciertas verdades bellas como un atardecer, el afán de justicia, la bondad espontánea y el rostro de una mujer hermosa.
He sentido cierto llamado, cierta presencia de lo que llaman divinidad. No me engaño. Reconozco de inmediato la ilusión del pensamiento mágico. Hace mucho que sé que no hay nada más, sólo este escueto y efímero aquí y ahora.