Mauricio Carrera
No explicar nada. Tener la sabiduría del instante. Decirle a la amada: yo, antes de hablar de ti, me arrodillo ante tus besos. Decirle al hijo: vive tu vida como un delirio sagrado, como la vanidad de una flor que sueña ser tigre.
Creer que la vida es el goce del misterio. Llorar en silencio por la vida que se va y reír con imaginación por la vida que aún nos queda. Comprender que el éxito es ser y estar, no justificar la indescifrable, absurda y maravillosa ruina que nos ha tocado.