Mauricio Carrera
Amar es entregar de manera mutua la desesperación propia, ese revolcarse nuestro en la angustia del polvo que llamamos vida, así como atisbar en el corazón y las pieles que se abrazan la aleación del misterio de la luna con las lágrimas ahuyentadas ante la revelación de la primavera. Amar es la piedad, el abrigo y la ternura que requerimos de otros porque creemos en el capricho vital y mortal de merecerlas.