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Hola otra vez. Es domingo y… no he hecho otra cosa más sino que solo resistir. No sé cómo estoy y, y tampoco quiero decirtelo. Lo que trato de decir es que… No quiero recordar el pasado, no, pero cuando el dolor me ha oprimido, yo, solamente he sentido… ganas de llorar.
La vida es una porquería. Ahora mismo no sé… Nuevamente siento este punto de mi pecho desinflamarse, un poco más. Ayer en la noche me he puesto los curticoides. Me he sentido muy mareado y… La presión aquí en mi cuerpo se me sigue deshaciendo.
Hoy he checado lo que ayer me han publicado en INDICE POLITICO, y no ha tenido ni una sola visita. Me sentí idiota al verlo. Es parte “de un escritor” el ser susceptible, el pensar y creer que todo lo que tus dedos escriben es lo máximo, lo mejor; ¡patrañas! Es solo que soy un maldito “arrogante”, y solo digo y me digo que soy como Edgar A. Poe. Ay, ¡cómo explicarlo! Ese maldito desgraciado de Poe., con toda su “locura”… había muerto pobre y solo, sí, SOLO Y POBRE. Se había “peleado” con todos, ay, que solamente no havía logrado triunfar, consagrarse con sus cuentos y… ¡La puta vida es pura ironía! Yo siempre lo supe. Mi pobre Poe.
Ahora, si vas a google, y si vas la wikipedia, lo único o primero que leerás es que Edgar A. Poe es considerado AHORA el maestro universal de los realtos cortos y… ¡muchas patrañas! Oh, Poe, amigo… no eres el último y tampoco el primero. Solamente ALGUIEN COMO YO puede entenderte, amigo. Tú, quien lo habías destruído todo con tu lengua “viperina”… alejando a todos lejos de ti… Muchos tal vez y te habían detractado.
Tú mismo lo habías hecho con muchos, pero tú sí estabas en tu derecho. Porque tú tenías plena conciencia “de tu grandeza”, pero sobre todo, de tu auténtico y genuino TALENTO. Oh, Edgar… amigo mío y colega. Yo también he de morir “POBRE” y SOLO, IGUAL QUE TÚ. Donde quiera que estés, amigo, tú siempre estás aquí en mi mente.
Tuyo, Anthony Smart.
2.25p.m.