Ramsés Ancira
En este país de políticos improvisados y cargos para los cuates, Rafael Tovar y de Teresa fue una enorme excepción. Tenemos en México el mejor teatro del mundo, gratis o en funciones de 30 pesos los jueves; el Festival Luces de Invierno que el año pasado se convirtió en uno foro donde todas las expresiones artísticas repudiaron la complicidad del Estado en los sucesos de Ayotzinapa, el Centro Nacional de las Artes.
La Cineteca Nacional es dirigida y divulgada por gente que sí sabe de cine, la Compañía Nacional de Teatro tiene a sueldo a las mejores actrices y actores mexicanos quienes nos presentan todo el año las mejores obras de autores nacionales, clásicos y extranjeros.
En este país donde la política es rapiña y donde los partidos no pueden soportar que un futbolista casi analfabeto sea mejor gobernante que sus militantes, Rafael Tovar y de Teresa fue un hombre indudablemente eficiente: Creador del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, coadyuvante de leyes de estímulo fiscal para producir teatro, no creo exagerar si digo que fue a la cultura, lo que Lázaro Cárdenas a la historia de la presidencia de México, incluso a la entrada del crimen organizado a la presidencia de la República con los hermanos Salinas de Gortari.