Ramsés Ancira
Días de Radio es el título de una de las mejores películas en la filmografía de Woody Allen, pero también del más reciente libro del catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana Gabriel Sosa Plata. Durante su presentación en el Museo de la Ciudad de México se dio una nota que vale la pena anotar, en los nuevos Días de Radio, Televisa está en competencia para alcanzar en Internet a Carmen Aristegui.
El libro de Sosa Plata recoge algunos de los momentos estelares de la historia de la radio en México: sus inicios, anécdotas del terremoto de 1985 y el papel de Radio Educación, entre otros capítulos. Está ilustrado con interesantes imágenes, buena parte de ellas proporcionadas por la también investigadora y catedrática de la comunicación Beatriz Solís Leree.
En la presentación se aportaron muy interesantes anécdotas sobre lo que podríamos llamar la prehistoria de la radio, es decir, cuando se producían contenidos aún cuando no existían aparatos receptores. Nos enteramos así del grupo que creó Radio Joya y XELA, a las que se identificaba como las estaciones de los “locutores que no gritan”, emisoras amables que se identificaban por música melódica mexicana y la clásica o sinfónica.
Tras los discursos de la presentación, en el coloquio con el público, una persona preguntó por qué tanta nostalgia por el radio si ahora existe Internet.
Carmen Aristegui, quien tenía menos de 10 días de haber reiniciado su noticiario en la supercarretera de la información, habló de la convergencia de medios en Internet, el crecimiento exponencial de esta forma de comunicación, pero los retos que esto representa.
El radio en su forma tradicional se escucha en mayor medida, en el Siglo XXI, en vehículos en movimiento, por eso el comentario de Carmen: “Ni mi mamá, que es mi mamá estaría dispuesta a gastarse todo su paquete de datos para escucharme.”
Y sí, los anunciantes quieren los medios de mayor audiencia y los públicos con mayor poder adquisitivo, estos coinciden en que tienen acceso a la Internet pero también trabajos pagados por encima del promedio, por lo tanto vehículos; y como los tiempos de traslado son cada vez mayores en la Ciudad de México y su zona conurbada, se acompañan de la radio.
Producir contenidos periodísticos e investigaciones especiales no es barato. Se requiere de patrocinadores ¿pero es este el enfoque correcto?.
Televisa transmite por Internet los contenidos de Canal 2; Radio Fórmula también lo hace con buena parte de sus noticieros, sea en Telefórmula o por las cadenas de televisión de paga; Grupo Imagen el noticiario que conduce Ciro Gómez Leyva, y Carlos Slim, que no ha podido abrir sus propios espacios en México, emplea UNO TV, aunque su rating depende mayormente de eventos especiales, como fue el caso de las Olimpiadas.
Aristegui Noticias y Uno TV son una alternativa para información que no parezca la del boletín de la Secretaría de Gobernación (como hasta hace poco ocurría en los noticiarios nocturnos de la televisión) o un diario de nota roja, como aún pasa con Hechos y el conducido por Denise Maerker. En ese horario representan una opción pues la gente productiva ya se encuentra en su casa y mucha prefiere encender la PC que la televisión, a menos que prefiera una película, porque en ese caso Netflix es la mejor opción.
En la mañana de un día hábil es mucho más difícil. Quien pueda prender el monitor de su computadora seguramente preferirá la opción de Aristegui a la del Canal de las Estrellas, pero al momento de salir a trabajar, a dejar a los niños a la escuela o hacer lo que se hace en un día cotidiano de trabajo, hay que usar el radio.
Claro que técnicamente es posible sincronizar el teléfono al radio del automóvil ¿pero cuántas personas cuentan con un paquete de datos que pueda soportar una hora de transmisión? Ya se están haciendo los ajustes para que Aristegui solo transmita audio, sin imagen, pero aún es suficiente.
Con todo, el portal de Aristegui Noticias tenía al escribir estas líneas poco más de medio millón de suscriptores. En cambio un solo programa del “You Tuber” Luisito Comunica dónde compara el precio de las mismas comidas en un restaurante caro y en una fonda barata, alcanzaba al finalizar enero de 2017 la nada despreciable cantidad de 6 millones 888 mil descargas.
Otros programas de Luisito, donde reporta los artículos que se pueden comprar en una tienda donde todo cuesta un dólar o cuánto se puede comprar de fruta en un supermercado de Amsterdam, superan los dos millones de internautas.
Estos datos nos pueden ayudar a sacar algunas conclusiones: el interés de la radio informativa tanto como el que generan los “you tubers” se produce por la misma razón, permitirnos estar donde normalmente no podemos estar.
La información en medios electrónicos y digitales ha sido a nivel norteamérica, más un servicio complementario de los concesionarios que un negocio…, excepto en México, donde nos quedamos en la tendencia descrita por Maurice Joly en 1864, en los Diálogos en el Infierno entre Maquiavelo y Montesquieu. En ese libro se describe como el Estado patrocina medios de izquierda o de derecha como una forma de sostener la gobernabilidad o mantener ocupados, y a sueldo a los opositores,
Esto no funciona más. Ya de nada le sirve al Estado amenazar a la radio y la televisión con retirar las concesiones, si cada uno de los cibernavegantes tiene la capacidad potencial de acceder a millones de radioescuchas y televidentes.
Se estima que en 2017 cada minuto se subirán 3000 horas de video a You Tube y que el 80 por ciento de los contenidos que consumiremos a través de las redes, serán videos.
Pero la competencia real de Internet es con la televisión y con el cine, el radio sigue siendo una alternativa única aún cuando se transmita en las nuevas plataformas, incluso la propia Internet. En los nuevos días de la radio la diferencia estará en los contenidos.