La vida como es…
De Octavio Raziel
Leído en los típicos autobuses británicos –rojos y de dos pisos- un anuncio a todo lo largo: “Es probable que Dios no exista; deja de preocuparte y disfruta de la vida”.
La escritora londinense Ariane Sherine tuvo la idea de plasmar ese pensamiento como una manera de contrarrestar el as del infierno que las religiones se sacan de la manga cada vez que los seres humanos tratan de liberarse del buen Dios.
El avance de la globalización y el temor del regreso de Keynes a la economía internacional (military keynesianismo) acelerarán el laicismo en la humanidad; ante esto, las diversas filosofías no se cruzarán de brazos.
Se cuenta que, pasadas varias semanas de llegar Nietzsche al Paraíso, Luzbel se comunicó con Pedro, el de las llaves, para preguntar sobre las condiciones en ese Reino. Después de ser informado sobre la tranquilidad que se vivía en el lugar, Lucifer inquirió sobre Dios, a lo que repreguntó Pedro: Dios, ¿quién es Dios?
Así, los ateos hallaron la salida fácil: somos agnósticos dijeron, a lo que agregó Kant: no negamos a Dios, sólo nos preocupamos por su conocimiento.
Para Nietzsche, a Dios lo matamos al no soportar que Éste nos esté vigilando.
“Dios no existe. ¡Alegría, lágrimas de alegría! ¡Aleluya! Loco, no pegues; te estoy libertando y libertándome. No más cielo; no más infierno; sólo la tierra” proclamaba Sartre, mientras Carl Marx abogaba por un materialismo que señalaba: La religión es como una alienación; y también sentenciaba: La religión es el opio del pueblo.
Federico Fellini confesaba que perdió su fe cuando –a los diez años—se preguntó dónde meterían a millones y millones de resucitados cuando venga el Juicio Final, y, sobre todo, porqué Dios, que se supone el único con raciocinio suficiente, juzgaría dos veces a los humanos.
Macedonio Alcalá (1831/1869) en su cama, gravemente enfermo de tuberculosis, deliraba. El hambre y la soledad le habían confinado; pero sus amigos no le dejaron morir y le pusieron 12 pesos plata bajo su almohada. Así, alimentado y medicinado, con un titánico esfuerzo logró levantarse y plasmar en la pared de su cuarto los primeros acordes del “Dios nunca muere”, que con el tiempo sería el himno oaxaqueño y que será la canción que he instruido a mi familia pongan cuando me esté yendo.
El Irrepresentable sigue siendo preocupación del hombre: ¿Dónde está? se sabe que en un pequeño grupo de neuronas ubicadas en el lóbulo cerebral izquierdo –neuroteología- ¿Es blanco o negro? según los católicos es blanco, pero para las iglesias cristianas es incoloro; y así podríamos seguir ad infinitum.
En estos tiempos, Michael Onfray (operación nostalgia) es uno de los filósofos ateos más férreos, que considera a las religiones indefendibles como herramientas de soberanía y trato con la realidad.
Las religiones se han distinguido –en la mayoría de los casos- por ser machistas. Sin embargo, ha habido quienes consideran al sexo débil como diosas. J. J. Benítez (Caballo de Troya) confesó en su libro (De la mano con frasquito) que le encantaría que Dios fuera mujer. Y qué decir de Mao Zedong, quien aseguraba que son ellas las que sostienen la mitad del cielo.
Voltear a todos lados y observar miles y miles de religiones que nacen día con día, hacen que los ateos nos decepcionemos pues, probablemente Dios exista.