Claudia Rodríguez
Queda claro, que al presidente Enrique Peña Nieto, le incomoda que en su agenda política personal, se cuele cualquier tema que tenga que ver con la droga, la lucha contra las mafias del narcotráfico e incluso, las violaciones a los derechos humanos crecientes producto de esta guerra entre criminales y que cada vez con más cotidianidad afecta a inocentes. Pero las posiciones institucionales y aplicaciones conducentes son ya insoslayables, sobre todo respecto al uso y legalización o no de la marihuana.
Cuando en noviembre del año pasado, Peña Nieto instruyó al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong a iniciar un “debate amplio” sobre la legalización de la marihuana, el mandatario mexicano expresó que en lo “personal” esto le era indeseable, porque presumía que esa apertura llevaría al uso de otras drogas más dañinas que la propia marihuana.
Pese a la orden de trabajo a Osorio, no fueron pocos los que señalaron que, el que el Jefe del Ejecutivo hiciera patente su posición personal antes del mismo debate, provocaría que los órganos e instituciones dependientes de la Administración Federal y con cabezas militantes en el partido en el poder, cursaran sobre la misma opinión: no legalizar la marihuana y permitir solo algunas concesiones.
Luego de los cinco foros nacionales y seis foros realizados en el Senado, las conclusiones relevantes versaron no en la legalización total de la marihuana y sí para el caso medicinal, además de que debe pasar de un esquema de prohibición centrado en la seguridad y la criminalización, a uno de regulación poniendo el énfasis en la salud pública y los derechos humanos.
Es así como Peña Nieto llega a presentar su discurso ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), apenas hace dos días y pese a que en un primer momento, la Oficina de la Presidencia comunicara de manera escueta y sin más, que Peña no asistiría a tal foro, para después saber de voz de la canciller Claudia Ruiz Massieu, que ella llevaría la representación.
Al final, Peña llegó a Nueva York para encarar la situación y tuvo que advertir sobre los nuevos caminos en el uso de la marihuana sobre todo en el terreno medicinal e incluso en el aumento del gramaje para el uso lúdico; además de que hubo de reconocer que en México la lucha contra el narcotráfico no ha dado los resultados esperados y ha repercutido en un sin número de violaciones a los derechos humanos.
A Peña mucho le habrá costado ese discurso en la ONU –se notó–, pero en la práctica, aquí en México continúa la lucha contra las mafias del narcotráfico, sigue costando vidas y múltiples transgresiones a los derechos humanos.
Acta Divina… “Sí a la marihuana para uso medicinal”: Presidente Enrique Peña Nieto en la ONU.
Para advertir… Peña le dio la razón a Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno de la Ciudad de México; quien advirtió de esa urgente necesidad.
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