La Espinita
Andy S. K. Brown
- Disímbolos cierres de campañas
- Las elecciones chorrean sangre
- López Obrador se cura en salud
En un Zócalo medio lleno de personas “transportadas” voluntariamente a fuerzas para ver un espectáculo del grupo musical Los Ángeles Azules, la candidata oficialista Claudia Sheinbaum pronunció un laaargo discurso de 40 minutos que estuvo dirigido a un solo receptor: Andrés Manuel López Obrador. Como para tratar de convencerlo de que, como ya dijo, ella preservará su legado, continuará con los “abrazos y no balazos” a los delincuentes, y concluirá sus elefantiásicas obras que son culto a la megalomanía del tabasqueño.
Un leve asomo democrático: la exjefa del gobierno capitalino se pronunció por la concordia. Amor y paz.
Contrastantes fueron los cierres de campaña de la oposicionista Xóchitl Gálvez en Monterrey y en su natal Tepatepec, ya cerca de la medianoche. Verdaderas fiestas populares en las que se comprometió una vez más a velar por la seguridad de las familias y a combatir en serio a los delincuentes.
También llamó a la reconciliación, al señalar en la capital neoleonesa que ningún país dividido sale adelante y que trabajará de la mano de todos para que exista un solo México. Un buen alto a la polarización que ha exacerbado la llamada Cuarta Transformación.
En un auditorio cerrado, pues en las plazas públicas no tienen la mínima oportunidad de concentrar multitudes, los emecistas encabezados por Jorge Álvarez Máynez celebraron un happening en el que, de acuerdo con las crónicas, hubo cerveza y churros de mariguana. Su discurso muy breve, también intrascendente.
Los últimos actos de los candidatos presidenciales reflejaron lo que a lo largo de 90 días fueron sus campañas. Ni más. Ni menos.
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Deberíamos estar felices. Ya dejamos de escuchar los más de 52 millones de pésimos spots que las campañas de los partidos políticos pautaron en radio y televisión –sin pagar un centavo por su transmisión, merced a la generosidad de las leyes electorales–, y ya no recibiremos molestas llamadas telefónicas para promocionar a fulano y zutana que recibíamos todo el día. Ya solo esperamos que retiren toda la basura electoral con la que ensuciaron calles, carreteras y caminos.
Pero esa felicidad se opaca al constatar que, como en ningún otro proceso electoral, éste sigue chorreando sangre.
Último día de campaña y un candidato más fue asesinado para llegar a la suma de 36 caídos a manos del crimen organizado, que así votan con las balas.
Terrible el asesinato del candidato a encabezar el ayuntamiento de Coyuca de Benítez, el priísta José Alfredo Cabrera. Terroríficos los disparos al aire en el mitin de la candidata de Morena a la alcaldía de Matías Romero, en Oaxaca, Rosalinda López García, donde resultó herido un miembro del grupo musical que amenizaría el evento.
También en estos actos de violencia se reflejaron lo que a lo largo de 90 días fueron las campañas. Ni más. Ni menos.
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¿De qué hablas Willis? ¿Por qué la insistencia de AMLO y de su candidata presidencial de insistir en que el próximo domingo se acometerá un fraude electoral?
¿Se trata de curarse en salud? De avisarnos, de una vez, que ¿en el muy posible caso de que se les queme el arroz que vienen cociendo desde hace meses, serán los morenistas los que recurran a las prácticas fraudulentas?
¿Amenazas y sustitución de funcionarios de casillas por quienes sí les sean adeptos? ¿Robo de urnas a cargo de sus socios del crimen organizado?
Eso ya se lo vimos a Morena en 2021.
¿Se atreverán a repetir el numerito?
@AndySKBrown1