El presidente, de los Estados Unidos, podría ser destituido (Impeachment) en el corto plazo por la serie de errores garrafales cometidos en su efímera actuación. De proceder el juicio, la historia lo recordara como; Donaldo “El Breve”.
El subprocurador general de justicia, Rod J. Rosenstein, anunció ayer la creación de un comité especial para continuar y profundizar “La Investigación Rusa”, que incluye varios temas pendientes, poniendo contra las cuerdas a la Casa Blanca, sobre todo a su inquilino.
Los temas a profundizar se refieren a la intromisión del gobierno ruso en las pasadas elecciones a la presidencia en los sistemas electrónicos del partido demócrata y en el de los comicios generales para favorecer la victoria de Trump.
Los vínculos de miembros del comité de campaña del entonces candidato republicano a la presidencia, Donald Trump, con oficiales del gobierno ruso. Destaca en particular la conexión del teniente coronel, Michael T. Flynn, el 25avo Consejero de Seguridad Nacional quien duró en el puesto 24 días.
La solicitud del mandatario, al entonces director del FBI, James Comey, a olvidar la “Saga Rusa”, en particular la investigación sobre Michael T. Fynn, las entrevistas con oficiales rusos, la injerencia en la campaña presidencial a través de intervenir las comunicaciones del partido demócrata.
La infantil filtración de información al ministro de exteriores de Rusia, Sergei Levrov y al embajador de ese país en los Estados Unidos, que de acuerdo al artículo del Washington Post del lunes pasado el ejecutivo federal compartió información clasificada con los rusos, poniendo en riesgo la seguridad nacional, más grave aún, no seguir los protocolos de inteligencia de sus aliados.
Porqué solo a los rusos y no a las demás agencias internacionales con las que se trabaja consistentemente en la guerra contra el terrorismo, en especial el Estado Islámico. (La prensa fue excluida de esta reunión).
La aparición de los memorandos respecto a la junta con el presidente, que escribiera el ex director del FBI James Comey, donde le solicita deje de investigar a Michael Flynn el asesor de seguridad nacional, sus entrevistas con oficiales rusos y los otros temas mencionados. De comprobarse la veracidad de estos escritos, Trump, sería acusado de obstrucción a la ley. Cargo que amerita la destitución.
El comité especial para “La investigación Rusa” será presidido por Robert S. Mueller III, ex director del FBI, el mismo que le entregó la estafeta a Comey para sucederlo, también, ex procurador general de San Francisco y Boston. Reconocido por miembros de ambos partidos, demócrata y republicano-como un funcionario impoluto. Mueller tiene la capacidad de nombrar a sus colaboradores y contará con total independencia, presupuesto suficiente durante las indagaciones.
A partir, de este momento la investigación no se detendrá, hasta sus consecuencias finales, incluye la comparecencia de Trump, de Comey, más los funcionarios necesarios para dirimir, comprobar, refutar la saga rusa.
El próximo viernes el ejecutivo federal , el comandante en jefe de Estados Unidos tiene programado su primer viaje oficial a; Saudí Arabia, Israel, Roma-con el Papa-, a la junta del G-7 y con la OTAN. Un hombre divorciado de la verdad, excepto la suya, sin credibilidad y a cuestas la soga al cuello con que calidad moral podrá establecer algún vínculo positivo para su país. Cuando hoy es el hazmerreír de los líderes mundiales.
Para colmo, Vladimir Putin, presidente ruso se ofreció a compartir las transcripciones de la reunión de Trump con su ministro de exteriores y embajador del jueves pasado en la Oficina Oval, peor balde de agua fría no detendrá la ironía del caos existente en la Casa Blanca. Putin, viejo zorro se burla así de las instituciones y los ciudadanos estadounidenses por la simple insensatez de quien no merece estar un día más en la Casa Blanca.
No olvidemos que Watergate inicio por la cobertura del Washington Post y sus reporteros Bob Woodward y Carl Bernstein sobre el allanamiento del complejo Watergate del Partido Demócrata el 17 de junio de 1972. Terminó con la renuncia del presidente Richard M. Nixon el 9 agosto de 1974. Quien prefirió esta a enfrentar el proceso de destitución. El New York Times y la revista Time también fueron medios que investigaron el caso.
El ex presidente Bill Clinton, se salvó de ser destituido en octubre de 1998 por el caso Lewinsky ya que el Congreso votó 258 a 176 votos a favor. El mandatario admitió haber mantenido un “comportamiento físico impropio”, aunque negó haber cometido perjurio.
El sistema judicial no acepta mentiras. Ese será el gran problema que enfrentará quien las comete a diario. ¿O no es así, Mr. Trump?