Por Mouris Salloum George*
Desde Filomeno Mata 8
Siempre queda el riesgo de retornar a edad del orangután. De una corrida o por tramos. Donald Trump decidió darle 60 vueltas al revés al calendario de la Historia: Se remitió a 1959, año en que Washington decretó el embargo económico a Cuba.
El espantajo esgrimido por el troglodita anaranjado es la Ley Libertad cubana y solidaridad democrática, mascarada que encubre el pretendido “derecho” de los gringos a poseer propiedades, ahí donde se le pegue su regalada gana.
En 1997 años, esa ley del más fuerte fue apenas resistida por la Unión Europea. Hoy, según versión de BBC, algunos gobiernos europeos colegiados estarían dispuestos a apelar a paneles de la Organización Mundial de Comercio, defendiendo su derecho al libre intercambio comercial con la Isla.
La iniciativa recuperada por Trump es obra de los senadores republicanos Jesse Helms y Dan Burton celosos guardianes protectores de la gusanera cubana de Miami, Florida, harta ésta de sus fracasos en sus intentos de asesinato de Fidel Castro y sus frustradas tentativas de invasión armada a Cuba.
De que la perra es brava y hasta los de casa muerde lo prueba Trump, cuyas sanciones amenazan, primero, a sus propios connacionales que aprovecharon la falta de ejecución de la ley Helms-Burton durante 23 años y habían incrementado sus negocios en Cuba al amparo del deshielo que negociaron Barack Obama y Raúl Castro, operación en la que la hizo de amable componedor el papa Francisco.
Helms y Burton no son desconocidos en México. Su hostilidad a nuestro fue manifiesta en las reuniones parlamentarias México-Estados Unidos.
Helms, que odiaba a los líderes revolucionarios cubanos, era en cambio amigocho del dictador filipino Ferdinand Marcos, en cuya defensa se pronunció cuando la Casa Blanca allanó su derrocamiento hace 40 años.
Helm, amoroso partidario de la ultraderecha mexicana
Como dato cultural, vale recordar que Jesse Helms fue anfitrión de la ultraderecha mexicana cuando ésta se presentó a El Capitolio a reclamar respaldo político y financiero para tumbar al gobierno priista en la década de los ochenta.
Hay expectación sobre la reacción de la diplomacia mexicana, que no ha declinado hasta ahora en su solidaridad con Cuba, salvo en la ocasión en que Fox emplazó a Fidel Castro: ¡Comes y te vas!
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.