Por Aurelio Contreras Moreno
Horas antes de rendir protesta como gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares anunció la “recuperación” de bienes muebles e inmuebles supuestamente propiedad de Javier Duarte de Ochoa, que habrían sido adquiridos con dinero robado de las arcas del estado.
Se trataba de los ranchos “El Faunito”, ubicado en el municipio de Fortín, Veracruz; y “Las Mesas”, en Valle de Bravo, en el estado de México. Asimismo, estaban incluidos un avión Lear Jet 45 y un helicóptero, así como obras de arte, caballos y otros utensilios. El monto total del botín recuperado ascendía a mil 200 millones de pesos, según dio a conocer Yunes Linares en su discurso de toma de posesión, el 1 de diciembre de 2016.
Durante los meses siguientes, el gobernador de Veracruz aprovechó diferentes momentos para atraer atención mediática con anuncios similares, como cuando hizo un recorrido por el rancho “Las Mesas” –del cual sólo se habría recuperado la tercera parte en favor del estado- para mostrar la opulencia con la que vivían Duarte y su familia. O bien, cuando “tomó posesión” de la lujosa casa expropiada a presuntos prestanombres del ex mandatario en Tlacotalpan. Y por supuesto, cuando “descubrieron” embodegados en “El Faunito” los muebles y papeles que estaban en Casa Veracruz, incluido el famoso “mantra” de Karime Macías, “sí merezco abundancia”, anotado en una libreta.
Sin embargo, a pesar de esos decomisos calificados por su prensa afín como “históricos”, y del anuncio de que los recursos recobrados se aplicarían en el sector salud, lo cierto es que existe total opacidad por parte del gobierno de Veracruz respecto del manejo de lo que ha obligado a devolver no solamente a Javier Duarte, sino a varios de sus cómplices.
Y es que con tal de salvar el pellejo, varios ex colaboradores de Javier Duarte habrían aplicado el clásico “vómito negro”, que no es sino la restitución del dinero malhabido, para a cambio asegurarse impunidad. Sólo que de eso no se dice absolutamente nada oficial.
Apenas el pasado domingo, en una subrepticia conferencia de prensa nocturna en la que dio a conocer que había comparecido ante la Procuraduría General de la República para aportar las pruebas en su poder en contra de Javier Duarte y su esposa Karime Macías Tubilla, Yunes Linares reconoció que de las “reuniones” que sostuvo antes de asumir la gubernatura con los operadores financieros duartistas Moisés Mansur, José Juan Janeiro y Antonio Bandín, “logramos la devolución de cantidades importantes de recursos en beneficio de los veracruzanos”. ¿Cuánto o qué devolvieron? ¿A dónde fue a parar? Solamente el gobernador lo sabe.
En esa misma conferencia, Yunes Linares admitió que un diputado federal con el que también se “entrevistó”, Edgar Spinoso Carrera, “devolvió algunos bienes inmuebles, devolvió un avión, devolvió un helicóptero, se comprometió a devolver una cantidad mayor de bienes, no ha cumplido hasta este momento”. Esa información no era conocida, hasta este domingo.
¿Quién podría jurar que los diputados Juan Manuel del Castillo o Vicente Benítez, por citar a dos duartistas intocados por el yunismo, no “devolvieron” también parte de lo desviado en el sexenio de Javier Duarte, y que por eso andan tan campantes y despreocupados? ¿Dónde estaría ese dinero?
El gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares está obligado a transparentar el monto exacto de lo que le habría quitado a los duartistas, incluido el ex gobernador y sus familiares, así como en dónde está y en qué se está usando.
Porque a diferencia de lo que dio a conocer el 1 de diciembre de 2016 en su toma de posesión, de mil 200 millones de pesos recuperados pasamos, este domingo 6 de agosto de 2017, a 720 millones “que están las cuentas a disposición de los veracruzanos, a través del Sistema de Información Financiera”.
Ya no nos están cuadrando las cuentas.
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