La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Aquello de que la mejor Política Exterior es la interior: ¿también tendrá 2° piso? ¡ups!
Cuando Donald Trump, expuso que utilizarían la base de Guantánamo, para custodiar migrantes presos en los Estados Unidos, la presidenta Sheinbaum manifestó su desacuerdo y aunque eso no modifica las cosas, hubo solidaridad con el régimen de Diaz-Canel.
Sin embargo, ahora que México enfrenta una serie de adversidades con la flamante administración del vecino país, los ‘bolivarianos’ de Latinoamérica deciden callar, la 4T no ha recibido una sola arenga de apoyo y si la hubo, fue muy discreta.
En realidad, la responsabilidad de que esto ocurra, radica en la estrategia de Política Exterior que aplicó el ex presidente López Obrador, abandonó la plaza y salvo media docena de viajes, buscó remediar su ausencia con llamadas telefónicas y vía zoom, medios que coadyuvan al diálogo, pero, no deben sustituir las reuniones de trabajo tête-à-tête.
La resaca apenas comienza, la reconstrucción del prestigio y eficiencia diplomática de la Cancillería mexicana llevará tiempo. Entendemos que Sheinbaum tiene otro concepto del mundo y sabe que debe relacionarse con sus pares, no obstante, el contexto no le resulta favorable y, lo observado hasta ahora, no sugiere que Juan Ramón de la Fuente, sea un fenómeno en la materia, en fin, le otorgamos el beneficio de la duda.
En este sentido, lo primero a entender, es que la versión posmoderna de la ‘diplomacia de las cañoneras’, no se amilana con la ‘diplomacia de las mañaneras’.