La Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C., deseosa de no menoscabar en demasía el escaso prestigio del que gozan algunas autoridades y, mucho menos en casos como éste, en que por referirse a nuestro Primer Magistrado de la Nación, cuyas gestiones han disparado unánimemente críticas ciudadanas por su escaso actuar en cuestiones de justicia en éstos dos años de gobierno, se encuentra muy abatida por la falta total de cumplimiento a los ofrecimientos efectuados durante su campaña a fin de obtener el sufragio del gobernado, por lo que han tomado la decisión de criticar de forma directa, enérgica y terminante, los atentados perpetrados en contra de la justicia, lo que nos hace traer a la memoria todas y cada una de las corruptelas efectuadas por diversos gobiernos neoliberales.
En el ayer hemos afirmado y hoy así lo ratificamos, que los conceptos de justicia, política y ética, los cuales se vinculan para formar y conformar el uso legítimo del poder en nuestro estado de derecho, ahora se confrontan frente al oportunismo arribista de muchos políticos que pertenecen a diversos partidos, por lo cuál ese estado de derecho, el cual debería de funcionar debidamente engrasado y con armonía, produce escándalos por el deterioro de los ejes que mueven las ruedas del poder gobernante y por la falta de cumplimiento de las promesas ofertadas. Según nos referían nuestros maestros universitarios, entre los que destaca nuevamente Don Pedro Hernandez Silva, quién de forma elegante nos enseñó que: “El Estado no es solamente un ente de razón; es, sobre todo, un mediador de las experiencias reales y contrapuestas de una sociedad en movimiento”.
Sin temer cometer yerro en lo que se afirma, la corrupción política del neoliberalismo, desde una óptica democrática no es más que la inclinación del poder político ante ese miserable fenómeno de la corrupción, conllevando con ello una autoprotección indefinida, Raluz de manera muy clara nos lo advierte en sus textos que conforman el estudio de su obra “Justicia como equidad. Materiales para una teoría de la justicia”, diciéndonos que existe un peligro latente en las democracias occidentales ya que el gobierno y el estado están succionando e institucionalizando el fenómeno de la corrupción.
Los gobernados esperamos ver un México diferente, un México de Justicia, toda vez que la misma fue prometida desde antes de que el Sr. Presidente de la República tomara posesión de dicho cargo, en el hoy y al dar inicio a éste tercer año de gobierno, la percepción del fenómeno de la corrupción, por parte del votante ha variado de manera substancial y, de una especie de justificación tácita comprensible o acomodaticia se ha pasado, en cierta forma, a una actitud de confronta y beligerante entre dos sectores de ciudadanos que conforman nuestro México, porque ambos han percibido que transgresiones de la corrupción afectan a nuestra Nación y porque quienes transgreden las normas no son los representantes de un poder corrupto, sino que fueron elegidos por sufragio.
Nuestra historia jurídica patria ha demostrado que el olvido provocado por aquellos que en el ayer generaron el fenómeno sin haber sido sancionados es la mejor forma que se siga generando éste. Hoy es el ayer de mañana. Salvador De Mandariaga dijo que: “Los hombres que olvidan la relevancia de unos hechos más en su miseria que en su grandeza, están condenados a repetirlo”. Por lo mismo cuando se trata de políticos corruptos, el indulto del votante y del gobernante debe de ser imposible, lo dijo muy claro Baltazar Garzón: “La corrupción política es un indulto imposible” (Anuario de los hechos 1994, Defensoría Internacional).
Sólo resta expresar que a Don Andrés Manuel le queda una tarea inmediata a efectuar y en un instante, desde ya, o enfrenta a la corrupción derivada de la narcopolítica o se convierte en cómplice de ella, en el entendido que para combatirla hay que hacerlo con el escudo de la ley, más no con terapias como estúpidamente pretenden algunos.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C.