CAFÉ DE MAÑANA
Por José Luis Enríquez Ambell
La trilogía que conforman la lucha y el combate contra las drogas, las armas y la explotación sexual por el Gobierno en México, y a casi cinco años del régimen, no resultan la asignatura más exitosa, hasta el momento, pero tampoco son asuntos que apenas inicien o se estén enfrentando y combatiendo.
Incluso el Presidente Andrés Manuel López Obrador, decretó la creación de una comisión que tiene por objeto fungir como un grupo de trabajo especial para el seguimiento de las acciones que realizan siete dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, en un esquema que preside el Mandatario.
En el grupo de trabajo están los titulares de las Secretarías de Seguridad y Protección Ciudadana, Gobernación, Relaciones Exteriores, Sedena, Semar, Salud, y la SHCP -a través de los de la Unidad de Inteligencia Financiera y la Procuraduría Fiscal de la Federación- también aparecen el titular del Centro Nacional de Inteligencia -dependiente de la SSPC – y el de la Guardia Nacional -que está sectorizada en la Sedena.
La Administración Federal de este modo trata de abordar “dos” de las materias que han puesto en un constante conflicto a distintos Presidentes: “el tráfico de armas y el de las drogas”, ante las autoridades de USA, pero “hay un tercer tema” que sin estar en la agenda EEUU con MÉXICO, sí debería estar para la agenda nacional y es “la explotación sexual”, y que ha venido en aumento las quejas de los familiares de las personas afectadas, sobre todo por casos de menores de edad.
Y es que en los últimos años, el tráfico de mujeres -menores de edad- con fines de explotación sexual ha pasado a ser un lucrativo negocio, después de las drogas, a decir de notas que han circulado, en mayor o menor intensidad, lo cual habla de condiciones de vulnerabilidad que propician la trata de personas, según el informe difundido y elaborado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y el Centro de Estudios e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social en México.
Y lo que más preocupa a los autores, es que algunas autoridades aparentemente poco están haciendo en esta asignatura social, y que hay quienes la ven como rentable negocio. Y esto ha llevado también a la aparición de algunas ONG’s que trabajan en favor de “los derechos de las prostitutas y en contra del tráfico de mujeres”.
Desde el 2012 a la fecha se dice que dos de cada tres víctimas son mujeres y el 50% de ellas resultan menores de edad, y casi en porcentaje similar los casos provienen de estados del sur del país y nuestra entidad veracruzana aparece enlistada al menos como sitio de paso, aseguran algunas expresiones sociales.
También cabe decir que en los datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) revelan un bajo registro de denuncias por este delito. Aunque los reportes permiten identificar a las mujeres y a los menores de 17 años como las personas con mayores riesgos para ser victimizadas por los tratantes, y donde las edades de las víctimas resultan ser el 41.1 % menores de edad, 28.4% entre 18 a 30 años, 9.5% es de 31 a 50 años, y el 6.3% se trata de adultos mayores. Lo penoso es que viene creciendo esta asignatura, y no en todos los casos hay denuncias de los hechos.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
En el terreno del análisis se dice por fuentes que han dejado testimonios en los medios y redes donde denuncian hechos de trata de personas que la forma llamada “enganche” es una especie de enamoramiento que incluyen ofertas muy engañosas de empleo para capturar a víctimas de este delito.
DE SOBREMESA
Las víctimas -desde el enfoque sociológico- resultan ligadas al universo de la vulnerabilidad económica y hasta afectiva en su condición de vida familiar, y que les expone aún más si en el primer círculo del hogar no existen los pilares básicos de la confianza y educación, que se ven más afectadas hoy en día por la digitalización de la época.
UN CAFÉ PARA LLEVAR
La promesa de ayuda y el engaño son factores favorables para los llamados enganches, en particular para captar mujeres y menores de edad en ambos sexos, pues el delito no tiene fronteras ni con el género y la edad.
UN CAFÉ LECHERO LIGHT DIVORCIADO
La situación de vulnerabilidad de las víctimas de trata, en muchos casos, pasa por la línea delgada de la violencia familiar, y ese deterioro de los vínculos familiares y con patrones de conducta violentos por parte del padre, madre, de ambos u otra persona a cargo de la crianza, potencian la acción de quien infringe la ley desde la figura de la trata.
UN CAFÉ CON CANELA Y PANELA
Los investigadores sociales del tema, aseguran la existencia asociada en la vulnerabilidad de las víctimas a la edad, en la que encontramos a niñas, niños y adolescentes, quienes aún no desarrollan plenamente sus habilidades de razonamiento lógico o pensamiento crítico que les permita entender situaciones de riesgo, de ahí la importancia del entorno familiar en los menores.
UN CAFÉ NEGRO VERACRUZANO
Sociólogos, psicólogos y abogados coinciden en el sentido que la vulnerabilidad en menores de edad -mujeres y hombres- de resultar forzados a trabajar o mendigar – con insultos y golpes o no – les hacen sentir o creer que el sustento es su responsabilidad, descuidando así que tales condiciones maximiza la pérdida de afectos y aumenta el grado de debilidad ante quienes los logran seducir y engañar. Dicho de otra forma, el entorno familiar cercano juega un papel vital.
UN CAFÉ DE OLLA
En el estado de Veracruz existe una la ley para prevenir, atender, combatir, sancionar y erradicar la trata de personas, con especial atención a las mujeres y los niños, y ante lo recientemente declarado por miembros del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD), quizá las autoridades podrían investigar hechos que marcan “la existencia creciente del delito de trata de personas” que transitan por la entidad con destino a otros puntos dentro y fuera del país.
¡ ES CUANTO !
enriquezambell@gmail.com